De Fuentes y los vicepresidentes

LA COSA ESTÁ muy malita. Pero que no se hagan ilusiones, que elecciones no va a haber hasta dentro de un año o así en Castilla y León. Cuando dijimos que venían urnas no nos creyeron y, como el cuento del lobo, cuando vino, les merendó parte del rebaño a los penitentes del PSOE y los indolentes de Ciudadanos. Eso les pasa por hacer caso a los que no saben. Ahora quieren que venga el lobo, pero las urnas están vedadas hasta casi final de mandato. Cómo estará de malita la cosa que tras meterse el solito, Tudanca, en el atolladero de apoyar a VOX con su Ley de Concordia, no se le ocurrió mejor idea, en rueda de prensa pública, que recurrir a los dos ex vicepresidentes de Mañueco como autoridad argumentativa. El uno, al que Tudanca considera racista, xenófobo y machista, citado con ahínco por el genial todavía secretario del PSOE autonómico. El otro, que tras una de las mayores vaciladas que en política se recuerdan, lo dejó a orillas del gobierno de la Junta para irse con Mañueco de segundo de a bordo. Pues ambos son, a la vista de la comparecencia de ayer los mentores de Tudanca asomado al abismo en el que él mismo se ha colocado al darle alas parlamentarias a VOX. En Ferraz y Moncloa cada día están más encantados con la deriva. Están dudando si adelantar la Navidad a octubre, como Maduro, para que Tudanca se pueda comer el turrón y los polvorones. Muy malita se puso ayer la cosa. Con un estado de ansiedad irreconocible en las Cortes. En esa espiral esquizofrénica a Igea no se le ocurrió otra que hacerse un vídeo con Silvia Clemente como sustento explicativo de su propio ensimismamiento. Vídeo en el que también salía, con él, enmascarados ambos en las Cortes, el plácido Luis Fuentes, corredor donde los haya y a quien tanta devoción muestra a diario. Nunca una estrategia tan perturbadora causó tanto sosiego en el Colegio de la Asunción, donde el inquilino aspira a renovar más veces que Modric en el Madrid.