Diario de Valladolid

LA SOLANA

Privilegios de Soria, los naturales y los inventados

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VIVIR en Soria puede considerarse un privilegio, por muchos motivos, la mayor parte de ellos muy subjetivos, por supuesto. La tranquilidad, la cercanía, el aire que se respira, la seguridad, los paisajes... Son muchas las cosas que se pueden decir a favor de permanecer en Soria, aunque para gustos los colores, claro, y seguirán siendo mayoría los que prefieran soportar la contaminación, el ruido y otras incomodidades de las grandes urbes, de los territorios de gran densidad de población. En cualquier caso, hay muchos, el que escribe entre ellos, que consideran que en Soria hay muchos privilegios en la vida cotidiana. Se estará de acuerdo o no, pero son privilegios que están ahí de forma natural, no son artificiales, como los que ha habido históricamente en diferentes territorios, que por decisión de las autoridades se les excluía de obligaciones o se les concedían ventajas. Los privilegios naturales de Soria no pueden ocultar, sin embargo, las desventajas del territorio, que se traducen una situación demográfica dramática. Por eso necesita ayudas y es de justicia que las reciba. La Unión Europea no duda, pues en su Tratado fija como uno de sus objetivos «reducir las diferencias entre los niveles de desarrollo de las diversas regiones». Por eso en Soria, como en Cuenca y Teruel, debido a que tienen menos de 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado, Europa permite ayudas de Estado que en otros lugares son ilegales. Ayudas frente a la realidad de que sus privilegios naturales no han conseguido fijar población y que no sirven para paliar las dificultades de mantener el desarrollo económico. Eso no es ningún privilegio, es una posible actuación avalada por el citado espíritu del Tratado de la Unión. Estos días, sin embargo, se ha presentado como una especie de privilegio para justificar lo que se quiere conceder a Cataluña. En el caso de Soria, como en Cuenca y Teruel, la existencia de ese privilegio es una invención que resulta ofensiva. No es ni siquiera una fiscalidad diferenciada, error en la denominación porque en su día se pidió a Europa con ese nombre. Son ayudas estatales dentro de las que la Unión Europea, en sus directrices sobre las de finalidad regional establece, como norma general, para pymes, que Europa define como las de menos de 250 trabajadores y que no superen los 50 millones de euros de facturación. ¿Qué tiene eso que ver con que una comunidad autónoma pueda recaudar ella todos los tributos y aportar menos al conjunto del país? Pues eso es lo que han puesto en igualdad, las ayudas a Soria, Cuenca y Teruel con las pactadas concesiones a los nacionalistas catalanes, que sí son privilegios. Lo ha hecho desde una ministra del Gobierno que es natural de Aragón, como Teruel, a una portavoz del PSOE nacional que es de Castilla y León, como Soria. Lo de las ayudas tiene que ver con la solidaridad, el cupo catalán más con otra cosa.

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