Pasión de Gavilanes

NO ES LA NUEVA serie. Se está rodando la segunda temporada de Conversaciones telefónicas con Moncloa, a la vista de las audiencias que registró la primera, que sin ser una obra maestra resultó resultona. Pasión de Gavilanes. De Ricardo Gavilanes, en flamante nuevo portavoz del PP de Mañueco en las Cortes. Nada que ver con su antecesor. Pero había que poner a alguien, superadas las trabas entre candidatos. En esta ocasión, el cada día menos joven abogado leonés ha dado el paso después de no querer presidir el partido en León, no querer ser candidato a la alcaldía, no querer ser director general de la consejería de Quiñones. De una vez por todas ha querido ser algo. Quiere ser De la Hoz. Pero eso es harina de otro costal. A De la Hoz, ahora dedicado a contar los billetes que caen a diario en su cuenta de Bruselas, le costó 25 años ser De la Hoz. Y pensaba De la Hoz que lo de las Cortes de aquí se pagaba como lúpulo. Ahora ya sabe que lo de Bruselas se cotiza como el coltán con el que se fabrican los móviles. Había que poner a alguien. Y Mañueco que no es dado a estridencias, pero sí es largo como pocos, cursa movimientos pensando en cuatro casillas más adelante. Para él la política orgánica es un tablero de ajedrez en el que los peones se mueven con la esperanza de que se conviertan en alfiles. Gavilanes de momento siempre ha querido ser paloma. Y ahora le dan alas para que vuele alto en el cielo del PP leonés, desde donde se ve el erial en el que han dejando al partido los últimos dirigentes tras el asesinato de Isabel Carrasco. León es el Mordor particular del PP de Mañueco, donde todo lo domina el socialismo que es su Sauron. Un portavoz leonés contra el creciente leonesismo, que es el talón de Aquiles del PP capitalino y su alfoz. Ese es el cometido de Gavilanes, lo de las Cortes ya se lo ayudará a solventar la destreza del inagotable Carriedo, impasible el ademán. Gavilanes tiene exhibir pasión de una vez por todas si quiere ser algo.