El errático empeño de Mañueco
SE EMPEÑA Mañueco en la errática senda de hacer el trabajo que no ejercen sus compañeros de Génova, con un Feijóo bien entrado en desidia. El recurso ante el Constitucional de la Amnistía, esa que permite que Puigdemont siga haciendo lo que le sale de los huevos contra el Estado de Derecho pero sin ayuda de los Mossos, no va a ninguna parte. O sí. Pero no es tarea autonómica. Para eso están otras instancias. Lo que ocurre es que Génova se parece soberanamente a un párvulo en día de onomástica, con los ojines vendados, zurrándole como un poseso a una piñata con forma de Sánchez, pero el que se lleva todos los mamporros es el inseparable compañero de pupitre y patio. Errático es el camino de Feijóo si persiste en una desidia tal que pretende que los barones y baronesas autonómicos ejerzan la oposición imprescindible contra Pedro Sánchez, mientras sus muchachos se limitan a intentar la antipolítica en intervenciones parlamentarias que ni el más enclenque de los antisistema de Podemos se atrevería. La Ley de Amnistía es cosa del Congreso y sus congresistas. Una cosa es alzar al voz y cantarle las cuarenta al inquilino de Moncloa, que adaptar sus convicciones, y las de su partido, a su propia realidad, y luego nos quiere endosar el relato como si fuéramos gilipollas, o fuésemos gilipollas, o seríamos gilipollas. Le va bien la estrategia. Y si a Sánchez le cuadra la estrategia pese a su presunta y constante debilidad es que la del PP es errática. Media docena de años lleva ya el tío ahí encaramado. Esto es como el fútbol, a uno le va bien o mal en función de cómo le vaya al eterno rival. Y a la vista de los resultados, el PP hace tiempo que no las cheira. Mejor haría Feijóo en escuchar a sus barones, sobre todo a los que ganan y gobiernan, que a tanto indocumentado que con nadie ha empatado, medrando en Génova. Feijóo, haz caso, de ganador a ganador.