Un mercado del alquiler cada vez más tensionado en Castilla y León

Es cierto, y justo es remarcarlo, que está muy por debajo del conjunto del país y del resto de comunidades autónomas, pero no lo es menos que, cada vez más, Castilla y León ve como se tensiona el mercado del alquiler. Y lo hace por dos vías, por la subida del precio y por la oferta en el mercado del alquiler. De nuevo, debe remarcarse que siempre muy por debajo de las tensiones que se viven en otros territorios, lo que no significa que no deba estarse alerta ante la deriva que está tomando el mercado del alquiler en la Comunidad.

Los datos resultan evidentes, y en ellos se observa cómo el alquiler viaja por unos derroteros que en nada favorecen y fomentan el mismo, como esa alternativa real a quien no puede o sencillamente no quiere comprarse una vivienda. Cifras que reflejan cómo la oferta de pisos para alquiler permanente, es decir aquellos que buscan prolongarse en el tiempo, van siendo cada vez menos y pierden terreno frente a lo que se dan en llamar los alquileres de temporada.

Arrendamiento a tiempo parcial que van in crescendo, principalmente por el efecto, entre otros, de las viviendas de uso turístico. Pisos en alquiler que, como vienen denunciando en no pocas ocasiones desde el sector de los hoteles y en menor medida del turismo rural, escapan a cualquier control y hasta la legalidad que debe exigirse.

Claro que desde el sector inmobiliario no se duda en culpar de esta situación a la Ley de Vivienda. Para los profesionales inmobiliarios la explicación es muy clara del porqué de este fenómeno. Una Ley de Vivienda que aseguran perjudica al propietario, dificultando los desahucios y el establecimiento de precios. Y no dudan en hablar de un mercado inmobiliario intervenido. Sea como fuere, y más allá de quién tiene o no la razón, la realidad es clara. Y esta viene a señalar que el mercado del alquiler camina hacia contratos de temporada, con precios cada vez más elevados.

Un camino que lo único que está provocando es que la oferta para un alquiler de larga duración, al menos más allá de una temporada determinada, se reduzca. Reducción que hace que el acceso a la vivienda, sobre todo entre los jóvenes, sea cada vez más difíciles. Las administraciones debe poner en marcha políticas que vengan a frenar esta situación e incentiven el alquiler, además del obligado control, sin ir más lejos de los pisos turísticos. En Castilla y León el problema quizás no sea tan grave pero el mercado del alquiler cada vez está más tensionado.