Carvajal desquicia a la izquierda

RESULTA UN TANTO gracioso, a veces irrisorio, y en ocasiones delirante oír a patriotas despotricar contra la derecha en plena Eurocopa germana, por muy siniestros que sean. En su paranoia la han emprendido contra Carvajal porque es diestro. Diestro como dios manda. El amo de su banda, donde ejerce una dictadura implacable. Los zurdos le temen. A Grealish lo desquició en Madrid y en Manchester, y si es preciso en Pernambuco. Grealish, al que su atolondrado seleccionador, un tipo que no sabe por dónde le da el aire cuando le da, no le ha dejado ir a Alemania en busca de la gloria migratoria, se dio de bruces una y otra vez con Carvajal. Grealish es la intransigencia de la izquierda. Un tipo capaz de agotar a Job, que está sin equipo desde los tiempos del Antiguo Testamento. Grealish se dio de bruces por su izquierda con la derecha de Carvajal, que es un monumento a la banda de carril largo. Inagotable. Insaciable. Insuperable. Desbordante. Así es la derecha que gobierna Carvajal. Carvajal desesperó al que acabó con la paciencia de Job. Hoy sin ir más lejos, Mbappé, feliz después cumplir su sueño, habrá dado gracias a dios, a Alá o al arbitro del otro día por haberle librado de Carvajal, el diestro inasequible que tanto desquicia a la izquierda. Los sueños de Mbappé se cumplen. Se libró de Le Pen y de Carvajal. Prontó vestirá la gloria. Aliviados los quiere Deschamps, otro escultor de juego rancio, como el intrascendente Southgate. Alemania está invadida de necios, tirando a mamarrachos. Lo curioso de los oponentes de Carvajal, los de talla, no la carroña de X, como Grealish o Mbappé, es que deambulando por la izquierda como Pedro (Sánchez) por su casa, son más diestros que el grifo del agua fría. Por eso son temidos. Esta es la historia de la estupidez patria. Carvajal, Dani. Estamos ante el mejor lateral diestro de la historia. Y cuando se moviliza tiembla el planeta fútbol. Así rabie la izquierda. Mbappé y Grealiash le veneran. Carvajal, un patriota de La Roja.