Sucediendo a Raúl de la Hoz

El caso es que Mañueco, habilidísimo carrilero orgánico, es imbatible generando incertidumbres. Especialmente dentro del PP. Es una forma de tener a la tropa en tensión y alerta, que muchos si los dejas cinco minutos viven el mandato amodorrados. Y no lo decimos por el famoso, célebre y acertadísimo adelanto electoral que dejó con dos palmos de narices y sin poltronas a los okupas de Ciudadanos. Toca pasar pantalla. Ya tocaba después de un cuarto de siglo del joven Raúl de la Hoz en las Cortes, llamado ahora a menesteres europeos. Va a saber antes dónde está Bruselas, que dónde para Trabadelo. La incertidumbre está ahí. Pero no a la vuelta de la esquina. ¿Quién sucederá al soldado De la Hoz? La decisión a la vuelta de la esquina del verano. El caso es que el asunto ha suscitado hormigueo, por diversos motivos, entre miembros y miembras del gobierno. Las quinielas acechan en los mentideros. El caso es que el que quiere bajarse del ejecutivo para suplir a De la Hoz en plácido escaño de portavocía parlamentaria lo tiene improbable, por no decir imposible. Y los que temen ser purgados del consejo de gobierno de los jueves sólo pueden albergar el temor de sus propias inseguridades. En ambos casos, la causa radica en el carácter templado y sosegado del líder de los populares. No es dado a arrebatos. Suele sufrir uno cada 25 años, y el de este cuarto de siglo ocurrió en diciembre de 2021 con el anticipo electoral. Anticipo y finiquito en la misma factura para los traidores en ciernes de Cs. A un año, y gobernando con unos socios que se empezarán a hacer incómodos pero no prescindibles, porque es su naturaleza, reformar gobierno en la recta final del mandato no entra en los parámetros de quien certifica la solidez de una legislatura íntegra, y completa, y con el acierto de un equipo. Pero es cierto que Mañueco es un bribón amagando y no dando. Dicho lo cual ni el mar de plácido va a aliviar a algunos. Hagan sus apuestas.