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Dato mata relato, se dice. Aunque enjuagan poco los hechos ciertos la verborrea con la que taladran la credibilidad de los ciudadanos los políticos más afectos a no dejarse corregir en sus diatribas. Te lo cuento tantas veces y tan seguido que al final te vas a creer que tengo razón, deben pensar determinados portavoces del mundo político cuando se les pone un micrófono delante para llegar al ciudadano sin filtro ni corte. Y cuando alguna persona o medio informado y crítico les reconviene por soslayar la verdad, cuando no mentir descaradamente, se pone en marcha la maquinaria de descrédito y manipulación contra aquellos que osen poner pie en pared y llamar mentiroso al que miente o corrupto al que ejerce tráfico de influencias. Qué razón tenía el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, cuando en la gala del 25 aniversario de El Correo de Burgos manifestó que «una información veraz y contrastada es la materia prima de la democracia» y cuando reconocía que «siempre nos amenaza» la desinformación . Algún tipo de manual de primero de político fullero debe recomendar aquello de siempre acusar al contrario

de los pecados propios y así tenemos ahora en marcha la polémica sobre los pseudomedios, la maquinaria del fango y los bulos. Esto, lo de los bulos, los globos sonda y la desinformación, es deporte olímpico en todos los parlamentos, desde el estatal a los autonómicos. Pero, de vualta al argumento inicial, se ve que para quien persigue un objetivo politico, nada le detiene y menos los escrúpulos con la verdad. Cada vez me convenzo más de que Castilla y León va a seguir clamando en el desierto para que se le completen las infraestructuras pendientes y cada día veo más cercano una nueva reprogramación de las obras y proyectos como la que llevó a cabo José Blanco, que fue ministro de Fomento con Zapatero. Los argumentos en los que insiste el actual titular de la cartera parecen claros. Óscar Puente acaba de realizar una reflexión en voz alta sobre la alta velocidad ferroviaria, esa que costó décadas traer a la Comunidad: «¿Nos ha servido de algo a los castellanos y leoneses en términos de pérdida de población? De nada. Somos la Comunidad Autónoma que más población pierde de toda España», dijo. No esperemos, por tanto, que este ministro vaya a enterrar más fondos en algo que en lo que no cree y mucho menos que lo haga en imposibles como el tren directo a Aranda o la autovía del Duero. Pero, por si le sirve el dato, le diría, ministro, que la provincia de Burgos lleva ganando población, según el INE, desde que llegó el AVE. Incluso antes; y que lo sigue haciendo este año. Pero no creo, ni por asomo, que la alta velocidad haya tenido ni lo más mínimo que ver en ese aumento de población. Calidad de vida y trabajo, es lo que pide la gente y no palabrería.