ASCENSO DEL REAL VALLADOLID A PRIMERA
Pezzolano, como el anuncio de Coca Cola
Para los que quisieron dar el pasaporte a Pezzolano tras no ser capaz de salvar al equipo la pasada campaña. Para los que pusieron colgado en la cruz al entrenador uruguayo a las primeras de cambio esta campaña con puntas clavadas en pies y manos al no ser capaces de digerir el rumbo tomado por su ‘amigo’ Ronaldo.
Para los que no confiamos, un servidor el primero, en su método, con un fútbol rácano y poco vistoso pero a la postre efectivo, tremendamente efectivo con el deber de objetivo del ascenso cumplido a una jornada para el final de Liga. ¡Toma Pezzolano!
Para los que a fin de cuentas les gusta sufrir hasta el último segundo a costa de llevarse muchos desencantos y cabreos a casa a lo largo de la temporada o como ocurrió en este último partido ante el colista Villarreal B estar al borde de un infarto con el desfibrilador preparado.
Para los que les gusta llorar para después reír. Para los que sufren porque tienen memoria como decía Cicerón. Para todos los negacionistas de Pezzolano.
Para los muchos pesimistas que acabaron por perder la batalla ante los pocos optimistas con Pezzolano a la cabeza. Para los uruguayos, con orgullo y... rebeldía por bandera. Para los hombres pacientes como Pezzolano, que nunca, pese a que a parezca que se haya caído el mundo, se derrumban.
Para los que gritaron, incluso después de haber logrado el ascenso, de penalti y en el último segundo, como más gusta, como más se disfruta ‘Pezzolano, dimisión’. Para el todavía presidente Ronaldo, antes de que venda el club, por su terquedad de ir contra corriente cuando todo el entorno pedía no en una sino varias veces, el cesen del entrenador. Para una afición que ha aguantado lo inaguantable y que a pesar de los pesares ha estado al lado del equipo (igual no con su entrenador como debiera) hasta el final.
Real Valladolid
Pezzolano tras lograr el ascenso: «En los momentos difíciles redoblen el esfuerzo. Siempre se puede»
Daniel M. Arranz
Para los 24.765 aficionados que pudieron vivir en directo el milagro. Porque no deja de ser un milagro la remontada en el tiempo de prolongación unido al triunfo del Sporting ante el Eibar. Para todos, como bien reza el icónico anuncio de Coca Cola.
El Real Valladolid consigue regresar a Primera División. Y lo ha hecho de una manera que, seguramente, lo recordarán siempre los muchos románticos al fútbol que se dieron cita en Zorrilla, lo pudieron ver por televisión o como antaño, radio en mano, siguieron el taquicárdico carrusel. Como los grandes, como el más grande. Al más puro estilo Real Madrid, cuando parecía muerto, fue capaz de resucitar.
Y mientras Ronaldo, que se enfundó la elástica del Real Valladolid para bajar como hiciera en el último ascenso al césped de Zorrilla para festejarlos con sus jugadores y técnico, se frota las manos porque puede hacer caja. La venta del Real Valladolid, ahora más que nunca, está cerca, muy cerca.