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EDITORIAL

Azucarera, una apuesta por el futuro de la industria agraria regional

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AZUCARERA ha dado un giro rotundo a su estrategia. Y ese giro supone un refuerzo a la industria del sector primario, que sigue siendo, y cada vez lo será más, estratégico en el marco económico y laboral de Castilla y León.  Después de algunos años en los que la propia Azucarera, por su acción o inacción, puso en cuestión las fábricas de Castilla y León, coincidiendo con la crisis del sector remolachero, con el final de las ayudas, es la compañía propiedad de British Sugar la que da un giro de timón y en Miranda de Ebro (Burgos) anuncia una inversión de 27 millones de euros en modernización de una planta que acogerá producción de varias comunidades limítrofes. Es toda una declaración de intenciones que el sector llevaba tiempo esperando y que avala que el cultivo de la remolacha, del que Castilla y León es líder más que destacado en España, no sólo no está en declive, sino que está en expansión. 

Pero es verdad que esa visión a la que ahora se suma Azucarera la alentó otra firma del sector con raíces de aquí, la vallisoletana Acor, que, con el fin de las ayudas, decidió suplir la subvención para mantener y fortalecer el cultivo. Gracias a eso productores de otras provincias que mostraron su desconfianza por el devenir de Azucarera optaron por llevar la remolacha a la planta de Olmedo de la compañía Acor. Les ofreció la confianza y la seguridad que ahora despliega Azucarera con esta inversión.

Pero también es verdad que esa misma inyección de modernidad, vanguardia e inversión lleva tiempo esperándola otra de las grandes plantas de Castilla y León, también propiedad de Azucarera, la de La Bañeza, epicentro de uno de los territorios con más extensión de cultivo de remolacha.

Las crisis de la remolacha se han sucedido a lo largo de los últimos años. Y el cultivo siempre ha resistido en una comunidad en la que es referente. España ni siquiera produce el azúcar que consume, algo que dejaba claro y evidente que era un error renunciar al cultivo en Castilla y León, donde reside en torno al 70% de la producción. El cierre de las azucareras y el abandono del cultivo hubiera abierto los mercados a otros países productores de azúcar de caña. Y esto se ha visto con enorme claridad en los tiempos de la inflación, en los que el azúcar es uno de los productos que más se ha revalorizado en los lineales de los supermercados. Casi tanto como el aceite, aunque su precio reducido no haya hecho tanta mella en el sentir del consumidor.  Castilla y León es un referente remolachero y la apuesta de Azucarera es una apuesta por el futuro agrario de Castilla y León.