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EDITORIAL

La Justicia abre la caja de los truenos de la gestión sanitaria del covid

Verónica Casado y Francisco Igea. ICAL

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EL TRIBUNAL SUPERIOR de Justicia (TSJ) de Castilla y León ha abierto la caja de los truenos para empezar a saber cómo se gestionó la pandemia en nuestra Comunidad, al menos en el ámbito laboral de la sanidad que gestionaba la mejor médico del mundo, Verónica Casado, tutelada por el mejor vicepresidente de Castilla y León en aquel momento. Y la Justicia, a demanda del Satse de Segovia, no el regional, domesticado por los rectores sanitarios, acaba de condenar a la sanidad que pagamos todos, pero que gestionaron algunos en aquella época, por dejar desprotegidas a las enfermeras durante la pandemia. Es decir, por falta de medidas de seguridad e higiene durante la pandemia. Todavía está en nuestras retinas la imagen de los sanitarios de Soria enfundados en bolsas de basura. Y lo que es peor, en nuestra memoria, el desprecio de aquellos dirigentes políticos asegurando que era una invención, mientras se jugaban la vida. Los sanitarios, no aquellos dirigentes que no salieron ni pisaron la calle en toda la pandemia, y así hacer de su ignorancia la complicidad de su desidia, cuando no de su desprecio. 

La Justicia es como los bueyes del páramo, que cuando empiezan a arar un surco, aunque tarde, siempre llegan al final. Pues la Justicia llega tarde, pero llega, para reconocer los derechos. Porque ni Casado ni su departamento explicaron jamás cómo era posible que a las primeras de cambio no hubiera ya material de protección básico en los centros sanitarios, ni epis, ni batas, ni guantes. A las primeras de cambio, que hubo que salir a mendigarlos a las empresas y particulares que no dudaron en echar una mano. Y eso después de decir muy ufana la consejera Casado, en vísperas del confinamiento, que no había ningún problema de abastecimiento de mascarillas y material para los sanitarios. También añadió, con desprecio, que eso de las mascarillas para la población era poco menos que una estupidez. Así nos lució el pelo. Con tanta soberbia y tanta ignorancia como había al frente de la Consejería. Todavía ni se han disculpado con los sanitarios de Soria a los que insultaron gravemente llamándoles mentirosos. Ahora tiene la oportunidad. Ahora que el PSOE ha pedido la comparecencia del actual titular de la Consejería, que entonces era compañero suyo en las Cortes. Ahora tiene el PSOE la oportunidad de pedir la comparecencia de quienes estaban al frente de esa sanidad de todos ahora condenada por el TSJ, ya que entonces la sobreprotegió por tratarse de la autora intelectual de su programa sanitario, aunque luego acabó en un gobierno con el PP, porque son gente de honestas y profundas convicciones: su ego y su ambición.