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EDITORIAL

Conciliar la alimentación de los escolares y las competencias del colegio

Un grupo de niños en un colegio en una imagen de archivo. E.M.

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UNA PROPUESTA muy de cercanía, del día a día de muchas familias de Castilla y León, por parte del Procurador del Común ha abierto un debate de mucho sentido común en el que habrá que profundizar para conciliar dos extremos de una situación en la legalidad que debe abrirse a acoger al sentido común. El departamento que preside Tomás Quintana ha dado el paso de reclamar a la Consejería de Educación que incorpore la opción del desayuno en los colegios públicos donde se presta el programa ‘Madrugadores’. Lo hace de oficio pero motivado por las quejas de familias de escolares que llegan al colegio a partir de las 7.30 horas de la mañana y advierten que para desayunar en condiciones los niños deberían madrugar en exceso. En casa no les da tiempo y en el colegio no se puede porque la normativa indica que los centros escolares ni dispensan desayunos ni tampoco se puede permitir a los escolares que tomen algún alimento propio que pudiera llevar en sus mochilas una vez que ya están en el aula. El Procurador del Común se ha percatado de que la reclamación de las familias es de puro sentido común, pero también es sabedor de que existe una normativa que cumplir a lo que se une que los colegios ni tienen competencias para actuar de comedores escolares al desayuno ni tampoco los profesores, a los que no se les puede pedir que infrinjan la norma por mucho que sean conscientes que una mala alimentación a primera hora de la mañana afecta al rendimiento de sus alumnos. Pero para que el Procurador haya dado, de oficio, este paso e inste a la Consejería a que modifique la norma, ha tenido que ver muy claro que la situación obliga a emplear toda su influencia. Está claro que todo lo que sea mejorar no sólo la educación sino la estancia de los escolares en los colegios será bienvenido y una medida que les ayude a alimentarse mejor y a rendir adecuadamente es bienvenida, pero cualquier cambio de este tipo ha de ser muy meditado porque supone cambiar la dinámica de los colegios, adaptar infraestructuras, horarios y tareas del profesorado. No se puede aplicar para mañana sin una reflexión y un diálogo previo con los representantes de los centros. Por tanto el debate pasa por buscar fórmulas que aporten ese beneficio para los alumnos que asisten al programa ‘Madrugadores’ en los colegios de Castilla y León sin perjudicar a los propios colegios ni a los docentes. El departamento de Quintana ha metido prisa a la Consejería de Rocío Lucas pero lo lógico parece primero establecer un plan y luego cumplirlo.