La mejor educación de España fruto de una convicción política decidida
Castilla y león goza de la mejor educación de España y una de las mejores del mundo. Estos son los hechos y son irrefutables. No estaría demás que se enterara la ministra de los bulos contra Castilla y León, la vicepresidenta Teresa Ribera, que se atrevió a cuestionar en sede parlamentaria el modelo educativo rural de esta comunidad, no se sabe si desde la ignorancia o desde la pura maldad e inquina. El alumnado de Castilla y León está a la cabeza en matemáticas, lectura y ciencias, que es lo que mide y valora el último informe PISA, y primero tras la pandemia. Es liderazgo del informe PISA no es novedoso, aunque lo desconozca Teresa Ribera, la de los bulos contra la educación de Castilla y León. Pero sí es novedoso y deslumbrante que por primera vez el sistema educativo de una comunidad lidera las tres materias desde que PISA mide las capacidades de los alumnos en las tres disciplinas mencionadas. Y además ocurre tras una pandemia que obligó modificar estrategias y estructuras.
Esto no llega por sorpresa y contra pronóstico, aunque Teresa Ribera lo desconozca los ‘milagros’ educativos que ocurren en su país. Es el resultado de unas políticas centradas en las personas que proceden de la convicción aplicada durante varios mandatos y que el gabinete que lidera Alfonso Fernández Mañueco ha sabido cultivar e intensificar a la vista de los resultados. Es la consecuencia de una acción de gobierno comprometida con el Estado de Bienestar, que cuida una de las esencias del progreso, la innovación y la democracia:la educación. Es el resultado de un departamento, el que lidera Rocío Lucas, implicado en confeccionar el mejor modelo educativo posible en un territorio enorme y disperso para proporcionar igualdad de oportunidades a todos los escolares y estudiantes. Una consejera discreta. Tenaz. Constante. Prudente. Esforzada. Dialogante. Pero también decidida y valiente. Es el resultado de la política dedicada a mejorar la vida de la gente.
Y sin duda es el resultado de una comunidad educativa, con unos docentes implicados y esforzados, que son los encargados de ejecutar en el día a día y en las aulas esas políticas educativas, que en Castilla y León se centran en el conocimiento y en los valores, y no se dedican a zarandajas independentistas, que sólo sirven para malversar el dinero y acabar arruinando las expectativas de los estudiantes. Estos son los hechos y son irrebatibles. Lo dice PISA. Es hora de que Teresa Ribera se dé una vuelta por Castilla y León y compruebe como los servicios públicos esenciales se gestionan destinados a conseguir la excelencia para los contribuyentes. Puede acudir, si quiere, como verificadora. Se lo admitimos.