Don Pelayo, presente
EL AÑO 589 de nuestra era marcó un hito importante en la historia de España. Recaredo, hijo de Leovigildo, convocó el III Concilio de Toledo. En él se acordó abandonar el arrianismo y abrazar el catolicismo, religión cuya influencia pervive a día de hoy. Todavía recuerdo que nuestros mayores, muchos de ellos ya nos han dejado, se sabían de memoria la lista completa de los reyes visigodos, desde Alarico a Rodrigo, pasando por Teodorico, Liuva, Sisebuto, Chindasvinto, Recesvinto, Witiza o Wamba. Ahora nuestros descendientes no saben casi nada de historia. Dicen que lo importante es el método y no el contenido. ¿No se puede concitar ambos conceptos?
Una de las características de este pueblo fue la permanente discordia entre clanes de familias nobles que perseguían, a toda costa, el acceso al poder. La monarquía visigoda no era hereditaria sino electiva. El continuo enfrentamiento y las luchas intestinas entre facciones desencadenaron su ruina. Poco más de un siglo después, en el 711, don Rodrigo, último rey de los visigodos, fue derrotado en la batalla de Guadalete. Cuenta la tradición que fueron los aristócratas cercanos al monarca quienes le dieron la espalda en la contienda. A pesar de todo, poco tiempo después, se congregaron un conjunto de personas, capitaneadas por Don Pelayo, que se hicieron fuertes en Covadonga, resistieron frente a los ejércitos enemigos y comenzaron la reconquista desde Asturias.
Ha tenido lugar hace unos días en Oviedo una edición más de los Premios Princesa de Asturias. Los galardonados han sido Meryl Streep, en la categoría de Artes; Nuccio Ordine, en Comunicación y Humanidades; Hélène Carrère d’Encausse, en Ciencias Sociales; Eliud Kipchoge, en Deportes; Haruki Murakami, en Letras; Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Desatendidas, en Cooperación Internacional; Jeffrey Gordon, E. Peter Greenberg y Bonnie L. Bassler, en Investigación Científica y Técnica; y Mary’s Meals, en Concordia. Todos ellos gigantes en su ámbito profesional, cuyo trabajo, esfuerzo y proyección hacen este mundo un poco más habitable.
Después de la entrega de los premios y tras la intervención de Dª. Leonor, tomó la palabra el Rey Felipe VI. En su discurso destacó que: “Fortalecer lo que nos une nos permitirá, sin duda, seguir recorriendo nuestra historia e iluminar los caminos que hemos de transitar. Lograremos así encarar el futuro con mayor confianza, con una bien fundada esperanza. De eso estoy convencido”, un programa de actuación que bien merece la pena recordar a nuestros gobernantes.