La alegría de la huerta
No puede decirse que el Presidente del Servicio de Estudios Económicos Ecova sea precisamente la alegría de la huerta con sus habituales predicciones económicas. Ya el año pasado adelantaba un regreso de vacaciones amenazado por tenebrosos nubarrones económicos que luego no se correspondió con la realidad de una economía basada en un consumo que poco se vio afectado por las dificultades energéticas y de inflación. Contra todo pronóstico razonable, como suelen ser los del Ecova, el sector servicios siguió tirando de la economía por la fuerza de un consumo interno resistente a pesar de los precios de los carburantes, la inflación y la incipiente subida de la calefacción o de la cesta de la compra que no impidió seguir viendo restaurantes llenos y un sector turístico y del ocio desbocado.
Este año las previsiones para Castilla y León no son mucho mejores, más bien al contrario. Se repiten las amenazas pero con mayor intensidad por lo que ya veremos si el consumo interno aguanta el segundo año de dificultades acrecentadas por un euribor que puede acabar de un plumazo con la capacidad de resistencia de las economías domésticas.
En la reciente comparecencia que realizó el Presidente del Ecova presentando los datos del Observatorio Económico de Castilla y León en relación al segundo trimestre del año anunció, entre otras, las siguientes alegrías: una perspectiva económica de desaceleración, una recuperación lenta marcada por la incertidumbre o un mercado de trabajo cada vez más debilitado por un estancamiento de la población sumado al alto nivel de envejecimiento, además de un incremento de la deuda por la caída de ingresos y una acuciante inflación. Todo ello aderezado por una previsión de costes laborales al alza con la consiguiente reducción de los márgenes empresariales, una disminución de las exportaciones y una caída del poder adquisitivo en detrimento del consumo. La verdad es que le entran ganas a uno de irse a tomar unas cañas a la sede del Ecova para animarse un poco. Es fácil imaginar el ambiente festivo que se respira en el servicio de estudios del Ecova mezcla del carnaval de Río y Downing Street un viernes al mediodía
Es posible que De Margarida no sea el compañero más divertido para hacer un viaje en coche a Cádiz pero hay que reconocer que es un prestigioso profesional que no está para hacer bromas o caer simpático, sino para adelantar las circunstancias de nuestro horizonte económico con el fin de tratar de paliarlas tomando medidas acertadas de política económica. Lo malo no es el pesimismo que transmite sino que puede que tenga razón.