Al albur de los intereses partidistas
AGOSTO, UN mes inhábil para la política y la gestión de lo público. 30 días en lo que todo se ralentiza, cuando no se paraliza, como en las Cortes de Castilla y León donde sus señorías llevan ya semanas sesteando y disfrutando del descanso vacacional, claro que algunos de los que se asientan en el parlamento autonómico no están haciendo más que prolongar su estado de inactividad permanente.
Pero este inicio del verano, este agosto, está siendo atípico. Las elecciones generales hacen que la actividad política venga marcada por la constitución del Congreso y del Senado y los posibles pactos que faciliten la investidura del próximo presidente del Gobierno. Eso es lo único que altera la inactividad de la política y los políticos, los movimientos de unos y otros por tratar de cerrar pactos que les permitan sumar para que la Legislatura salida de las urnas del 23-J, que echará a andar a mediados de este mes, no se vea interrumpida de manera abrupta y vuelva a llevar a los ciudadanos ante las urnas a finales de año. Eso, y no es poco, es lo único que viene a alterar ese sesteo en el que se encuentra sumida la gestión de la política en Castilla y León.
Y, visto lo visto, a veces es mejor que los políticos, al menos algunos de ellos, se dediquen a sestear porque cada vez que hablan o actúan, como dice el dicho, sube el pan. Y para muestra el nuevo lío que pretendía montar la Consejería de Empleo, Industria y Comercio con el calendario laboral para el próximo año, a cuenta otra vez del día de Santiago y ese empecinamiento por hacerlo festivo a toda costa.
Si este año, la Consejería de Mariano Veganzones liquidaba la fiesta del Día de la Comunidad, el 23 de abril, para trasladarla a un inoperante e intrascendente 25 de julio, ahora quería acabar con el puente de la Constitución, de nuevo por una inoperante e intrascendente fiesta el día de Santiago, con la mitad de la población ya de vacaciones y la otra descontando los días que le quedan para tomarse las suyas. Pero, parece claro, que algunos políticos sólo viven de provocar y que con ellos no va eso de pensar en los ciudadanos a la hora de gestionar. Ahora dirán que era sólo una propuesta, que no estaba aprobada definitivamente y que como tal debía de tomarse. La realidad es que la parte del PP del Gobierno de la Junta de Castilla y León ha venido a enmendarle la plana y a corregir el nuevo desaguisado que pretendía montar la Consejería de Empleo de VOX con el calendario de festivos del próximo año, a cuenta de su venerado patrón Santiago.
La gestión de lo público tiene que venir marcada en todos sus ámbitos, por intrascendentes que algunos de ellos puedan parecer, por el interés de los ciudadanos, de los castellanos y leoneses. Y, en este caso, como ya sucediera este año con el 23 de abril, acabar con el puente de la Constitución para hacer festivo un 25 de julio que no le interesa a nadie en Castilla y León tiene poco o nada de interés para los ciudadanos y mucho de interés partidista, de VOX. ¿Quieren celebrar Santiago? Pues lo tienen fácil, váyanse ese día a Galicia, que tampoco se les iba a echar de menos. No se puede gestionar a golpe de ocurrencia y, mucho menos, al albur de intereses partidistas, que es lo que ha sucedido en todo lo que tiene que ver con el calendario de festivos.