La Justicia avala el esfuerzo de Alejandro Vázquez en Sanidad

LA justicia avala, como era más que previsible, la decisión de la Consejería de Sanidad de contratar médicos sin homologación o sin MIR para cubrir las necesidades que supone el sistema de salud. Una decisión que se adoptó en otras comunidades. Porque al fin y al cabo son médicos con título, con formación y con experiencia. Lo idílico es que todos facultativos dispongan de los trámites y exigencias , lo que rige la burocracia europea. Pero la política práctica no vive de lo idílico. La política práctica consiste en dotar al sistema de personal cualificado, incluidos médicos, que atiendan las decenas de centros de salud y los 3.600 consultorios repartidos por la extensa y dispersa Castilla y León. Lo lamentable es que esa solución práctica viable, segura y reglamentaria intentara hacerse naufragar por la denuncia indecente ante la Fiscalía de un médico palentino, víctima más de su inquina y rabia, que de sus deseos de mejorar la sanidad de Castilla y León. 

Y lo lamentable es que la Justicia, que debería dedicar el tiempo a perseguir golfos, maleantes, delincuentes, okupas y violadores, entre otra fauna, tan escasa de medios materiales y humanos, haya tenido que dedicar tiempo y dinero público a los caprichos de alguien ideologizado y politizado. Y también es lamentable, que bajo la excusa de acudir a la Fiscalía, el personaje se vaya de rositas ocasionando esfuerzo estéril y gasto inútil a las arcas públicas. Porque además, Sanidad también tiene más asuntos de los que ocuparse que de las denuncias de un kamikaze.

La Justicia ha hecho lo que no podía dejar de hacer: avalar el rigor, la seriedad, pero también la capacidad para buscar fórmulas con las que paliar el déficit de sanitarios, que es un problema global en todo el país, con más incidencia en unos territorios que en otros. Avalar el trabajo, el esfuerzo y el compromiso de Alejandro Vázquez y su equipo, que además de empeñarse en buscar soluciones donde antes, con Verónica Casado, sus acólitos y su tutor, sólo se encontraban broncas, líos y desidia, evidencia que el rigor y el conocimiento de la gestión pública da sus frutos. Hoy la Consejería de Sanidad avanza y progresa en las soluciones. Hay mucho trabajo por hacer. Hay mucho por reconstruir de los daños de la pandemia, pero también de unos gestores, atrincherados en sus despachos, que tenían por solución acabar con la sanidad en el medio rural para alicatar lo que quedara. Hoy la sanidad en Castilla y León es como los buenos árbitros, no es portada habitual y avanza por el bien de los ciudadanos. Lo avalan los datos y las asociaciones de consumidores. También la Justicia. Hacen falta ideas para seguir, no mezquindades para destruir.