Diario de Valladolid

EDITORIAL

Los trabajadores de Siro merecen y exigen seguridad y garantía de futuro

Fábrica de Siro Venta de Baños. ICAL

Fábrica de Siro Venta de Baños. ICAL

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MENOS DE un año. Ese el tiempo que ha pasado desde que el 23 de junio de 2022 se firmaba el Plan de Competitividad que se suponía que venía a salvar el futuro de las fábricas de Siro y el de sus trabajadores, de todos ellos, en la Comunidad. Para eso se rubricaba en el Ministerio de Industria, en manos entonces de la vallisoletana Reyes Maroto, este plan con los nuevos compradores y máximos accionistas de la galletera, dos fondos de inversión que se comprometían a mantener la actividad y el empleo y se daban un plazo de dos años para encontrar un nuevo comprador/inversor para la fábrica de Venta de Baños en Palencia. Pues bien, a las primeras de cambio, y cuando no han transcurrido ni doce meses desde que se sellara ese Plan de  Competitividad para Siro, los nuevos propietarios lo incumplen y anuncian el cierre de las instalaciones de Venta de Baños con sus 200 empleos, 200 familias que ven su futuro en jaque. Y lo hacen sin siquiera apurar los dos años que fija el plan. Un movimiento oculto e imprevisto para unas administraciones confiadas en el ventajoso pacto alcanzado. Nada detectaron en las comisiones de seguimiento del plan, ni en las conversaciones que hayan podido tener con los nuevos propietarios. Ahora se apresuran a anunciar nuevas reuniones, hablan de empresas que están interesadas en adquirir la fábrica  y de trabajar coordinadas. Más allá de valorar estas acciones como pasos reales para rescatar, de nuevo, a Siro de la crisis, lo que debe exigirse es que se trabaje para que en un futuro, ya sea un año, dos, tres… se creen mecanismos que eviten nuevos sobresaltos y los trabajadores puedan dar por seguro el cumplimiento de las partes. Eso es lo que reclaman unos trabajadores que se sienten, una vez más, desamparados, que se preguntan por qué se ha llegado de nuevo a esta situación crítica y que piden más y mejor control del Gobierno y de la Junta para tener seguridad en el horizonte. Siro es un gigante que no puede estar sumido en una crisis permanente. En eso se tienen que empeñar las administraciones, y para conseguirlo deben ir de la mano. No se trata de apuntarse tantos, ni de ver quién es el que pone primero el autobús que aleje la crisis del gigante galletero, sino de trabajar al unísono para dar viabilidad a la fábrica de Venta de Baños y a sus trabajadores, detrás de los que hay familias y la economía en general de una localidad tan importante. Ese es el mensaje que quieren oír esos empleados y es al que tienen que atender las administraciones. Pero no sólo. Todos los actores implicados deben trabajar unidos, agentes sociales e, incluso, la oposición para tender la mano y dar su apoyo a todas las medidas y acciones que se puedan acometer. Sería un mensaje de seriedad para hoy y para el futuro de cualquier intervención para salvar una empresa.

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