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Jorge Izquierdo Zubiate

El futuro de los drones

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Que los drones han entrado en nuestra vida es un hecho innegable. Desde los primeros desarrollos militares en Estados Unidos o Israel hasta su omnipresencia en el conflicto de Ucrania, la evolución en este ámbito está siendo imparable.

Los estudios determinan que el mercado mundial de los vehículos aéreos no tripulados (UAVs), ha sido en 2022 de más de 32.000 millones $, con una proyección de crecimiento anual del 14,4% en los próximos años (doblaría su valor de mercado en 2028).

Los drones se suelen caracterizar por su tamaño y uso (pequeños o de enjambre, tácticos, especiales o estratégicos), y por su aplicación (militar o de seguridad, civil y comercial).

Con un origen militar y de seguridad, el futuro es el de las aplicaciones industriales y de servicios. Actualmente el 70% de los drones pertenecen al ámbito militar, y las aplicaciones de consumo y comerciales se reparten el 30% restante. Se estima que el mercado para drones comerciales crecerá de forma muy superior llegando al 60% del total en una década.

Aunque lo más llamativo pueda ser la tecnología de fabricación, control o propulsión de estos equipos, el valor añadido va a provenir de su uso cada vez más extendido en diferentes aplicaciones, por su capacidad para captar y almacenar datos y su procesamiento y aplicación en diferentes ámbitos industriales y de servicios.

Las aplicaciones civiles de mayor relevancia son el control de infraestructuras, el ámbito agrario y de mapeo 3D, y otras aplicaciones de inspección en energías renovables, eficiencia energética y seguros, pero su uso se va a extender a muchos otros ámbitos económicos y comerciales.

Europa no está liderando ni la producción ni el desarrollo de tecnología de drones, dado que los principales fabricantes son de Estados Unidos, China o Israel. Como ejemplo, España sólo dispone de un fabricante con posibilidades de competir a nivel internacional.

Pero todavía quedan oportunidades para la UE, no tanto en desarrollo de hardware y software, sino en aplicaciones de valor añadido en ámbitos como el de infraestructuras, eficiencia energética, sostenibilidad o energías renovables, en los que la UE todavía es un líder sólido con grandes grupos industriales de referencia a nivel mundial.

Además, existen múltiples oportunidades para la formación especializada que las universidades Europeas deben aprovechar para preparar a los miles de trabajadores que este mercado va a demandar, formación que en muchos casos todavía no existe.

Jorge Izquierdo Zubiate es gerente de la Fundación General de la Universidad de Burgos.