Los seis de Palacagüina
VAYA, PARECE que se acabaron las reuniones a través de un chat de Whatsapp, como si de una fiesta sorpresa de cumpleaños o despedida de soltero cualquiera se tratara. Sus señorías, los seis de Palacagüina (2 del PP, 2 de Vox y 2 del PSOE) de la Mesa de las Cortes, que le cuestan al erario público la nada despreciable cifra de casi 600.000 euros al año, tendrán que rendir cuentas de forma presencial cada vez que tengan cualquier asunto que dilucidar, ya sea sobre los plenos u otras cuestiones. Lo acaban de decidir y de anunciar con todo el boato: las Cortes derogan el acuerdo que permitía las reuniones no presenciales de Mesa y Junta de Portavoces por el Covid. Un apunte, en esto de la Junta de Portavoces lo primero que tendrían que hacer es obligar a asistir a todos ellos, que para eso cobran a razón de esos más de 97.000 euros al año. Alguno ni está, ni se le espera o sólo ve de uvas a brevas.
¿Pero, por qué se deroga ahora este decreto si hace mucho que todos los organismos e instituciones públicas llevan a cabo sus reuniones de forma presencial? Pues porque, como se dice coloquialmente hablando, les han pillado con el carrito de los helados. Vamos, que a estos seis de Palacagüina se les han visto las vergüenzas y sus nulas ganas de trabajar. Todavía hoy no hay ni una sola explicación de cómo es posible que reúnan a través de un chat de Whatsapp al órgano máximo de dirección del Parlamento autonómico. Oye, y nadie lo ha criticado, ha dicho ni mu, ni le ha pedido explicaciones al letrado de las Cortes para que verifique, por ejemplo, dónde se encontraba cada uno de estos seis de Palacagüina durante la reunión a través del chat. Ya se lo digo yo, alguno de vinos. Cómo van a pedirlas si todos están en el ajo. A ninguno les interesa mover esto, al fin y al cabo todos viven y cobran del mismo momio. Y luego se extrañan de que los ciudadanos pasen, sí del verbo pasar, de lo que se dice y se hace en las Cortes.
Que se lo pregunten a los enfermos de ELA en la Comunidad. Esos a lo que no sólo les niegan las ayudas que justamente reclaman, y muchas más que deberían tener, sino que estos de Vox les engañan con bulos haciendo ver que perciben lo que realmente no es. Ahora se disculpan, sólo les ha costado quince días, tiene narices. Eso sí, culpando a la otra parte del Gobierno de la Junta, a la del PP, de su error. La única verdad en todo es que los enfermos de ELA ven cómo la vida se les va de entre las manos, mientras los políticos se dedican a no hacer nada, cuando no a mentir de forma descarada. Y ojo con esos que ahora vienen de salvadores y de ser los más de lo más porque son los mismos que cuando tenían y capacidad para tomar decisiones, nada hicieron. En el caso de los enfermeros de ELA algunos políticos, una vez más, vuelven a evidenciar su empatía cero.