Diario de Valladolid

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MAL, pero que muy mal se está poniendo «el chacachá del tren» que, si no me equivoco, popularizó en 2017 el grupo Consorcio con una canción muy erótica y pegadiza: «Al compás del chacachá, / del chacachá del tren, / ¡qué gusto da viajar/ cuando se va en exprés!». Al chacachá del escandalazo de los trenes de Asturias y Santander, de momento, ya han dimitido algunos cargos, menos la ministra socialista del ramo del chacachá, que es la máxima responsable, y han sido detenidos por presuntas irregularidades, 8 chacachás pertenecientes al consorcio de la Consejería de Obras Públicas de Cantabria. ¡Vaya por Dios, qué mala suerte!

Cómo andará la cosa de mal que, para tapar bocas –y por tratarse de un lance de amor «con su dulzón vaivén», según la canción– han decido las autoridades de Renfe que, sin que sirva de precedente, los cántabros y astures viajarán gratis por un largo tiempo, haga frío o calor y además sin revisor. El despiporre en tren. Total, que en Castilla y León, que padecemos el mismo síndrome del chacachá desde el siglo pasado hasta el presente, ha salido como un miura la consejera de Movilidad y Transformación Digital, María González Corral, pidiendo la misma paridad en trato, en tarifas, y en regalías con derecho a chacachá, por dos razones principales entre muchas que podrían alegarse. Primera, por lo que se dice en la canción consorcial: Renfe, tronca, que aquí también estamos «muertecitos por tu amor». Y segunda, porque ya os vale, so sinvergüenzas, que robéis a unos más que a otros, y encima –con la disculpa de que no somos de los vuestros– nos tratáis como a perros lanudos sin posibilidad de ladrar y de cortarnos las greñas para ver el paisaje desde chachachá del tren.

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