Diario de Valladolid

EDITORIAL

El corredor del Atlántico, clave para el desarrollo

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NADIE puede dudar de la importancia de las infraestructuras de comunicaciones para el desarrollo de un territorio y en Castilla y León se sabe perfectamente cuáles son las consecuencias del retraso en la modernización de las vías de comunicación y su influencia en el desequilibrio entre territorios. La unión de Castilla y León con las comunidades de Galicia y Asturias para reclamar el Corredor Atlántico está siendo fundamental para corregir errores en el diseño de esta importante red logística europea, que inicialmente dejaba al noroeste peninsular fuera del trazado del Corredor Atlántico. Ahora la coordinación de los tres territorios tiene que lograr que se produzca el necesario impulso de la infraestructura, que lleva un retraso de cuatro años en relación al Corredor Mediterráneo. 

En torno al eje ferroviario, mediante el movimiento de mercancías y personas y la generación de actividad empresarial relacionada con el transporte y la logística, inevitablemente surgirá una actividad económica que es fundamental tanto en Castilla y León como en Galicia y Asturias para el asentamiento de población. No hay que olvidar que la lucha contra la despoblación, uno de los retos de la comunidad castellano y leonesa, tiene como herramienta básica el dinamismo económico.

La reacción del Gobierno a la cohesión demostrada en esta cuestión por las tres comunidades autónomas ha sido la designación del vallisoletano José Antonio Sebastián Ruiz como comisionado. Es, ciertamente, un éxito, pero también un recordatorio de que es necesario mantener la presión sobre el Ejecutivo para que no sigan produciéndose ni olvidos ni retrasos. Ya hay una diferencia de años entre los proyectos del Mediterráneo y del Atlántico, con lo que hay que forzar, primero que no se incremente la distancia y, después, que se puedan recortar diferencias.

La inclusión de Castilla y León en el proyecto ferroviario es fundamental para su economía y para que no se incremente el desequilibrio que ha sufrido la comunidad en relación a otros territorios con evidente ventaja competitiva en las infraestructuras. Ahora bien, no hay que olvidar que también existen desequilibrios en el interior de la Comunidad, por lo que el Corredor Atlántico debe ser aprovechado también para abordar la reducción de esos desequilibrios internos y, además, hay que emprender acciones para que las provincias que quedan al margen del trazado ferroviario –Ávila, Segovia y Soria– no se vean marginadas en el desarrollo.

En definitiva, el Corredor Atlántico se trata de una oportunidad para Castilla y León pero hay que mantener la tensión para que el proyecto se desarrolle adecuadamente y que además se obtengan de su puesta en marcha los beneficios esperados.

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