Diario de Valladolid

Javier Pérez Andrés

Para, para, que me rebajo

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Anda uno de cabeza con los días de la semana. Cuando ya había asumido el octavo, el “juernes”, comienza una nueva etapa de color. Estaba entrenado ya en el miércoles rojo, el lunes al sol, el maldito jueves y ese sábado sabadete cuando vino el negro viernes. Con un par. Toda la vida recibiendo jubiloso el “finde” con salvas de colores y vienen los yanquis, otra vez, y sueltan un misil comercial de los suyos en black. Y se lo compramos sin más. Cada día se me revuelven más las tripas. Alucino. Pasan cosas que me alteran a mi vera y en el lugar que habito. Lo jodido es que han logrado descolocarme. Con lo mucho que me está costando colocarme. Vamos al grano, esta vez con pus. Confieso que ahora, porque me da la gana, defiendo sí o sí y con toda mi pasión ese fenómeno capitalista de bolsillo que simbolizaba un cartel en grandes letras mayúsculas que dice “REBAJAS”. En mi caso y en mi casa pocas veces nos rebajábamos, y no por filosofía, sino porque nunca anduvimos bien del todo en pesetas y tampoco en euros. En fin, me pasa por estar en este orden de cosas y cosos. Pues resulta que se marchan las brujas con sus trucos y tratos (volverán) y viene el Black Friday. Y claro, los no angloparlantes le damos a la poesía con construcciones la mar de graciosas como blacflay, bylfrade y la madre que les parió a las palabritas. Para terminar diciendo: “pues eso, rebajas, coño, rebajas”. Media entrada de la sociedad en la que vivo anda en estos jaleos lingüísticos y fonéticos en las tardes de tiendas. Tiene uno la sensación de sentir el zumbido interior de la avispa asiática en el duodeno. Es como despertar de un mal sueño, como si me metiesen a la fuerza en un encuentro en su décima fase. Dicen que la culpa de lo que me pasa la tiene el inglés. Ojo, no se trata de un tipo con bombín y súbdito de su “gracioso” soberano. Es el idioma más hablado del mundo, hasta que se pongan los chinos a abrir academias mandarinas por todas partes… Hasta entonces, está claro que la lengua que desmenuza el Oxford English Dictionary impera y domina. Para mandar, ahí está el idioma oficial del capitalismo de teletienda que nos invade con su impresionante despliegue y se mimetiza por doquier cuando quiere vender. Para, para, que me rebajo.

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