Diario de Valladolid

Creado:

Actualizado:

EL ACABÓSE. Qué fin de semana. El personal está que bufa con Sánchez, pues de golpe se encuentra con asuntos que erizan los pelos: la eliminación del delito de sedición, el embrollo de Marlaska con los muertos de Melilla, el indulto al delincuente Griñán, la Portavoz del gobierno resucitando el Nodo franquista, los enjuagues obsequiosos de algunos jueces con Sánchez, el blanqueo de ETA con blanco España, y el sello conmemorativo del centenario del PCE que por su vocación chequista, criminal y genocida, la UE equipara con el nazismo.

Demasiado para el cuerpo. Y todo ello mientras el jefe de la leal oposición, el señor Feijooooo -ponga usted la tilde donde crea conveniente a efectos de efectividad efectista muy efectísticamente, que diría el Catarella del comisario Montalbano-, se encontraba haciendo las américas con el bolso de mi ex alumna Soraya Sáenz de Santamaría, que me salió rana a las primeras de cambio. La excursión tan oportuna de Feijooooo se parece a la «turné de albarderé -con albarda para pasear al burro-, que con el pan de todos comeré», que refiere Gracián en El Criticón. De tal manera se parece, que a la vuelta de la romería se ha encomendado a Page y a Lambán para hacer un lagarejo a Sánchez.

Así que con tanto tejemanaje, con tanto viaje en Falcon y en aviones comerciales a cargo del contribuyente, ya nada cuadra, y menos a mí que sospecho hasta del aire. Me ocurre como al bueno de Groucho Marx en las Memorias de un amante sarnoso: que esto, a bote pronto, me parece tan divertido, tan casualmente programado y sospechoso, que me parece que estoy haciendo cola en el puticlub del tío lascivo de Groucho, en donde escribía «cartas sobre amianto» a la amante de turno. Allí, lo principal del rito consistía en pasar el cepillo para obras de caridad: «anda, suelta los cinco dólares», y si te he visto no me acuerdo.

De esto parece que se trata. ¿Divertido? Sólo al principio, como digo. Pero no, señores míos, pues en realidad están montando una tragedia de esas que decía Shakespeare requieren ser «gentil en la apariencia, pero cruel y tirano en la prueba». Es decir, que estamos hablando de tiranía en el sentido más amplio del término -«gobierno ejercido por un tirano»- y de cómo ese tirano -que rige un gobierno a la medida de su voluntad-, con la mayor destreza y desparpajo del mundo, se carga los fundamentos democráticos que rigen el estado de derecho.

Querer derogar por las buenas el delito de sedición es un acto de alta tiranía y de calculada provocación democrática. De esto se dio cuenta Churchill después de haber dado muchos tumbos en su juventud como político. Todo el mundo sabe -y por si alguien lo ha olvidado es bueno recordarlo aquí como ejemplo- que el vencedor de Hitler coqueteó con la guerra química indiscriminada sin ningún remordimiento hasta que se dio cuenta de que ese horror se identificaba plenamente con la tiranía y el exterminio nazi.

Esta lógica evolución pensábamos que ocurriría en Sánchez cuando nos dijo que tendría malos sueños si pactaba con terroristas y con los golpistas catalanes. Se lo creímos, y en consecuencia votamos. Pero el chasco de Sánchez ha sido bestial. Su praxis política ha sido la inversa a Churchill: se ha enganchado a la perversidad de terroristas y golpistas con la guerra química y el método frankensteiniano-radiactivo para seguir en el poder. Nos lo ha dejado así de clarísimo: «Cuando dentro de muchos años deje de tener el honor de ser presidente del Gobierno, una de las cosas que me llevaré conmigo es la necesidad de fortalecer nuestro patrimonio público y el Estado del bienestar».

Lo leo y no me lo creo. A ver, ¿de qué necesidad hablará su sanchunidad frankensteiniana? ¿A qué fortalecimiento patrimonial, y a qué estado del bienestar se refiere? ¿Sueña acaso con un «Reich de los mil años»? ¿O se refiere a simples excavaciones arqueológicas, al estilo Heinrich Himmler, hasta encontrar el tesoro de los nibelungos o el Arca de la Alianza? Se crea o no, estamos ante la solemne catástrofe que señaló Sófocles en Edipo rey: «La insolencia produce al tirano. La insolencia, si se harta en vano de muchas cosas que no son oportunas ni convenientes, subiéndose a lo más alto, se precipita hacia un abismo de fatalidad donde no dispone de pie firme».

Sólo desde esta insolvencia que hace pie en la estupidez antidemocrática, totalitaria, racista e inhumana, se explica la propuesta-exigencia de la portavoz del Gobierno, la sonrisa retozona del régimen ya en desbandada lujuriosa: «reservar un espacio de información pública en cada informativo» para certificar la «veracidad» que se desposa en la cama mística del sanchismo hasta el fin de los siglos. ¿Un remedo del Nodo franquista? ¡Qué cosas dice la leal oposición! Seamos serios. Así se refería Erasmo a estos ensayos de prepotencia apestosa, aberrante y dictatorial que «con la cara más dura que una piedra, depone todo pudor, abandona todo sentido de la vergüenza (…) y deja atrás a los paganos en avaricia, ambición, lujo, fasto y tiranía». Tan claro como el agua, que suscribo de pe a pa. 

tracking