Los Presupuestos son una filfa y una patraña
LOS PRESUPUESTOS son una filfa. Siempre lo han sido y siempre lo serán. Los del Estado y los de la Junta. En lo que se refiere a las inversiones. Son la parábola de la inutilidad política. Decir, pero no hacer. Las cosas se hacen, no se dicen. Los Presupuestos del Estado llevan lustros diciendo que van a hacer la Autovía del Duero, la infraestructura más vertebradora de Castilla yLeón, y que simboliza como pocas cosas ese desasosiego que empieza a causar en el contribuyente la casta política. Los Presupuestos son una pantomima, que han quedado para poco más que cuitas de partidos y entretenimiento de periodistas. Los Presupuestos son la mentira certificada de la política más inoperante, esa que carece de sentido práctico y de decoro para rubricar en un parlamento lo que no va a hacer ni harta de vino de los 15 sellos de calidad que alberga Castilla y León. Desde el Duero hasta los confines del Sil o los altos de Gredos. Los Presupuestos, en materia inversora, son, han sido y serán una patraña con la que alimentar el ego. Y eso siendo la acción política más importante que de forma regular puede adoptar un gobierno. Sirven fundamentalmente para engordar el gasto corriente y si es menester colarnos algún rejonazo en impuestos por la talanquera de Hacienda. Los políticos no deberían afanarse en presentar y exhibir con pudor lo que dicen que van a hacer pero no hacen. Su obligación es pasar revista y detallarnos cuánto han hecho de lo que pronosticaron que iban a hacer. Las inversiones son la tragedia repetida de la canción minera de Victor Manuel. La tragedia en vidas que supone la incapacidad para llenar de brea y doble carril la enlutada Nacional 122. Yasí todo. Parlamento de necios que se suben el sueldo a todas horas.