La hora de trabajar, decidir y acertar de la nueva Junta
A PARTIR DE HOY las zarandajas tienen que dar paso a las decisiones. Las decisiones necesarias de un gobierno que lleva casi cuatro meses esperando Castilla y León desde que Alfonso Fernández Mañueco decidiera pulsar el botón nuclear del adelanto electoral. Ni un día que perder ante la crisis energética y los negros nubarrones que traen consigo una inflación desatada, que es el peor enemigo del crecimiento y el progreso económico, del que no se escapa Castilla y León
Lo más importante es que no sobren decisiones acertadas, que son más importantes que los tuits desesperados y en ocasiones, la mayoría desacertados, acelerados y desesperados. Castilla y León espera un gobierno cuya contundencia se refleje a diario en el Boletín Oficial, no en las redes sociales. Se acabaron las proclamas y las bravuconerías. Es el tiempo de la política útil. Y VOX, que se estrena en estos menesteres, tiene de demostrar que su querencia por entrar en el ejecutivo de al Junta tendrá consecuencias beneficiosas para los habitantes de Castilla y León, más preocupados por las decisiones prácticas que afecten a su futuro laboral y económico, que a los asuntos ideológicos que conforman el debate estéril y diario de los partidos.
VOX ha elegido tres carteras de gobierno cruciales en el desarrollo de Castilla y León: Agricultura, Industria y Empleo y Cultura y Turismo. Las tres, ejes esenciales de los principales motores económicos de la Comunidad. En Agricultura hay que adoptar decisiones ante la marejada de incertidumbre que acecha al sector primario, castigado por los precios y el incumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria, elaborado por un gobierno, el central, que no se ocupa de que se cumpla. En Industria hay que proteger y amparar a sectores tan fundamentales como el de la automoción, enormemente castigados por la crisis internacional que ha desatado la locura de Putín atacando a Ucrania.
Y en Cultura y Turismo, especialmente en el área que tantos visitantes y millones deja al año, muchos de ellos en el medio rural, hay que recuperar la senda de la sensatez establecida en las etapas anteriores a los ocurrentes de Ciudadanos, que sólo se dedicaron a las ocurrencias y a incomodar al sector.
Se acabó el tiempo de vociferar y sermonear. Una cosa es predicar y otra, dar trigo, como reza un sabio refrán de estas tierras. Tierra de gentes esforzadas, sacrificadas, emprendedoras, comprometidas... La España que madruga para trabajar no para ensartar idioteces en el Twitter. Y esa gente sólo espera que sus políticos se comporten como ellos. Que trabajen, se esfuercen, emprendan, decidan y acierten. Esto no es ningún piso piloto. Esta es una realidad terrenal y social que se juega su futuro cada día. Y el de sus hijos, que tienen que huir en busca de un futuro laboral y un proyecto de vida. Talento que perdemos. Un lujo que no podemos seguir permitiéndonos. Políticos inútiles con sueldazos, otro lujo que ya no estamos dispuestos a seguir permitirnos. Es hora de ponerse a trabajar.