Veinte años
Las dos décadas protagonizadas por Madrid Fusión en el ámbito de la gastronomía y de la cocina internacional han sido claves para reactivar un modelo de negocio, de cocina y de compromiso con la vanguardia que surgió y se fraguó en España. Hace veinte años Ferrán Adrià irrumpió como un elefante en una cacharrería trastocando técnicas, actitudes, modelos y maneras de gestionar gastronómicamente los restaurantes. El empuje del cocinero catalán fue inteligentemente reconducido por José Carlos Capel, alma máter del fenómeno Madrid Fusión y que aún hoy, en manos del grupo Vocento, continúa marcando criterios en los contenidos y en la estructura de la que se conoce como Cumbre Internacional de la Gastronomía. Pudiera parecer que veinte años agotan la eficacia y el modelo, pero no es así, puesto que cada año los cocineros se reinventan y suben a la tarima a explicar y dar a conocer sus nuevas creaciones. Eso sí, cada vez más sofisticadas.
Pero Madrid Fusión no es una feria, ni tan siquiera un acto gastronómico. Es una plataforma de encuentro, es un congreso internacional. Está dirigido exclusivamente a los profesionales de cocina. Otra cosa es que, al rebufo de la presencia internacional de cocineros y periodistas, el metraje y la presencia de empresas e instituciones sea rentable para todos. Castilla y León ha sido fiel a la cita de Madrid Fusión desde el segundo año. Aportamos metros cuadrados, representación institucional -eso sí, cada uno por un lado y el corazón amarillo por el suyo- y muchos jóvenes que pagan su entrada y se traen nuevas ideas para reciclar sus restaurantes. No sé qué pasará en el futuro, pero algo sí flota en el aire: la renovación, la nueva cantera, que va mucho más allá de las estrellas ya conocidas. Un seguimiento exhaustivo de esta cumbre de gastronomía en los últimos veinte años, nos ha permitido radiografiar con absoluta precisión el momento de la cocina mundial.
Aún recuerdo aquella foto de Paul Bocuse, Michel Guérard y Pierre Troisgros rendidos a un joven Adrià en el inicio de su revolución y la llegada de Gastón Acurio con su método peruano, que puso en el candelero a América del Sur. China, Japón, Inglaterra, Alemania y Australia fueron cerrando el mapa de Madrid Fusión, a la espera de la comanda del corazón de África para pronto. Veinte años de rentabilidad para la hostelería y la imagen de España.