La causa bolivariana
¡¡¡Kikiriki!!! Desplumado el Pollo Carvajal, sólo quedan los nombres de corruptos y tiranos. Los últimos cacareos del Pollo, dejan a la aristocracia podemita en pelotas: trincaron 6,7 millones de dólares del chavismo. Los fines no pueden ser más deleznables y rastreros: para trasplantar a España «la revolución bolivariana», y para hacer expropiaciones en Venezuela.
Todo un negocio de puente aéreo Madrid-Caracas y Caracas-Madrid con asiento en primera clase, o en jets privados.
Los nombres concretos corren por las redes como buques o bouquets insignias. Lógicamente, en Castilla y León, echamos de menos algo: que el Pollo emplumado hable, de una vez por todas, de nuestro paisano –mentor y padre de la revolución exportada, y gran sumiller en todos los eventos y elecciones fraudulentas de la dictadura venezolana–, que se llama José Luis Rodríguez Zapatero.
Cuesta creer que el falso leonés –digo falso por no decir impostor ya que es más de Valladolid que el Pisuerga–, el que fuera regulador del viento y de la memoria histórica olvidándose de la ruina que trajo a España –y que además reestructuró el progresismo caviar para que los listos de nacimiento se hicieran canallas del pan pringao–, cuesta creer, digo, que con tantos servicios prestados a la causa bolivariana, sea el único impostor que no caiga en la trampa, que desprecie el cebo, y que haga el gilipollas gratis et amore porque él es así de generoso con la familia Corleone y con el Cártel de los Soles. Que no, hombre, que no, que en los puentes aéreos, me decía un amigo político, hay mucho adulterio y mucha democracia traicionada. Yo añadiría que hay también mucha hambre.
Tanta, que uno se lía la manta a la cabeza y sólo piensa –parafraseando a Ovidio en su Arte de amar– en «atacar» y en conquistar el asiento. Así que déjate de cuentos, ZP, y canta el ¡¡¡kokoroko!!!