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Javier Pérez Andrés

Hispano y a mucha honra

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LOS DE MI GENERACIÓN hemos pasado de ser todos quintos a tener el corazón partido por los partidos, en mil cachos. Un servidor, a estas alturas de la película, ya no se seca ni una lágrima de emoción que venga de atrás. Llorar es de hombres y en el fondo es darte un baño María en la pena. Y ahí voy. En el día de ayer, salieron del calendario el genovés que descubrió las Américas, la Virgen del Pilar, el verde instituto armado y el día de la Hispanidad. Todo ello en la misma hoja con sus estampas, himnos, oraciones y jotas bajo el manto mariano. Y me volvieron estampas del pasado que desdoblaron mi imaginación infantil con aquellas láminas en las que salía el marino genovés protagonizando uno de los acontecimientos de mayor calado universal en la historia de la Humanidad. Se llamaba Colón y en mi ciudad tiene estatua, calle, plaza y sepultura. De ahí, que me encorajine que en Pucela sigamos obviando al marino, a sus carabelas y a su casa museo. Y eso no está bien. No nos vendría nada mal un castigo del Ministerio del Tiempo y que nos borrara a Colón de nuestra historia. Por bobos.

En el día de ayer, felicité a todas mis Pilares y a mis Pilarines. A todas. A las que van a misa y a las que no entran, pero en su carné figura esa virgen tan española y tan maña. No me veo fuera de la órbita cultural cristiana. Otra cosa es la fe. Y luego, por supuesto, felicité a mis amigos y amigas de la Guardia Civil. Con la que tengo un enorme anecdotario desde que me salieron los dientes con sus luces y sus cuartelillos.

El tricornio de niño me daba miedo, de joven rechazo y de conductor cabreo, pero con los años y observando su disciplina social, me he dado cuenta que me siento orgulloso de nuestra Guardia Civil, que me caen bien y que me emociona su himno: «Benemérito Instituto, guardia fiel de España entera» que, por cierto, ayer se escuchó en mi pasillo y por ende en el rellano. Y cómo no, en el día de ayer, el de la Hispanidad  -qué bien suena y qué poco lo pronunciamos, ¡somos bobos!-, felicité a muchos amigos; entre ellos a los de Cervatos de la Cueza (Google y verás  por qué) y a mi admirado Alberto Arija con su viaje de ida y vuelta a las Américas y a miles de ciudadanos de Perú, Ecuador, Argentina, Venezuela, Cuba, Paraguay, Chile y Uruguay, entre otras naciones hermanas que viven en mi país y en mi región felices y libres. Soy hispano y a mucha honra.