Diario de Valladolid

EDITORIAL

Pajares, la faraónica obra inacabada que no tiene fin

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La llegada de cada ministro o ministra de Fomento sirve para que acudan a pasearse por la variante de Pajares, esa que servirá para unir por túnel la meseta con Asturias a través del AVE. Sirve para eso y para que en cada paseo certifiquen un aplazamiento de su estreno. La nueva titular, Raquel Sánchez, sucesora de Ábalos, lo hizo ayer y colocó en el horizonte de dentro de dos años, 2023, la apertura de una obra que va camino de tardar más que las pirámides de Egipto. Costar ya ha costado más que todas las pirámides y los templos de Egipto, tras un sobrecoste de 2.000 millones de euros sobre los presupuestado hace una docena de años, cuando empezaron los trabajos, con José Luis Rodríguez Zapatero al frente del ejecutivo. La variante de Pajares devora millones y ve pasar ministro por delante de la boca del túnel como veía pasar entrenadores el Atleti en los tiempos de Jesús Gil. Veremos si esta es la vencida y en 2023 se abre esta multimillonaria obra, la más costosa de la historia de España, que sigue engullendo dinero público en seguridad para atajar las constantes filtraciones que inyecta la montaña al túnel ferroviario. 

Sin embargo, cuando se abra el túnel, en 2023, y tras 14 años de retrasos, no habrá AVE entre la meseta y Asturias previsiblemente por la imprevisibilidad de todos los gobiernos. Entre León y La Robla, que es donde comienza el agujero que asoma por Campomanes en la vertiente asturiana, todavía no hay vía de AVE. Sería todo un alarde de esperpento e ineficacia política, de todo signo político, que en 2023 se ponga en servicio el túnel y no estén las vías exteriores del AVE entre León y la Robla, que no tienen más complicación que la voluntad política de hacer las cosas.

El terrible y dramático accidente de Angrois cambió todas las reglas de la seguridad ferroviaria. Por ese motivo, y ante la existencia constante de filtraciones, ningún ministro se ha atrevido a abrir el túnel de Pajares. Esa es la verdad oculta y real. Por eso, cada ministro que ha pasado por el departamento se ha dedicado a dar patada para adelante y sostener la no apertura en constantes obras que siguen tragando dinero público. Y seguirán tragándolo. Por eso es mucho decir, como ayer dijo la nueva ministra, que por cierto, no es ajena, pues procede Adif, el organismo encargado de las obras ferroviarias, que a dos años vista se abrirá el túnel. Para entonces es probable que haya alguna nueva excusa o que ya no esté la actual ministra para hacerse cargo de sus compromisos. Ese es otro de los estigmas de los ministros de Fomento que no ponen horizonte temporal nada y así no se pillan las manos. Y si lo ponen es para fijar constantes retrasos. Castilla y León está llena de grandes obras empantanadas, por eso ya está tardando Raquel Sánchez en arrimarse por la otra vertiente de Pajares, donde se abre la España Vacía que llega a orillas del Guadarrama, para ver la herencia que asumió de retrasos y paralizaciones. Confiamos en que lo haga antes de 2023.

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