Cortes CyL: cobrar, cobrar y cobrar; y luego volver a cobrar
A cada día que pasa queda más claro y meridiano que inquilinos políticos de las Cortes de Castilla y León se dedican a asistir para cobrar, sin interés por trabajar. Hay que tener mucho cuajo para hacer lo que ayer hizo el procurador de Ciudadanos por Burgos, José Ignacio Delgado, en la comisión de investigación de la trama eólica. Llegó, asistió, intervino diez minutos y se largó. Hay que tener cuajo, para además mandar una nota de prensa aludiendo a una comparecencia a la que no asistió. Desvergüenza. Delgado, que es al que la nueva mayoría parlamentaria sacó de la presidencia de la citada comisión, ante el griterío de los suyos. Tiene mucho interés por el asunto quien cobra una de esas exclusivas dedicaciones exclusivas que lo sitúan como uno de los políticos mejor pagados de Castilla y Léon, con un sueldazo de 90.500 euros anuales. Bastante más que el presidente de la Junta, por ejemplo. Delgado no se quedó a escuchar al actual delegado especial de la Agencia Tributaria en Castilla y León, y jefe de la inspección cuando se desentrañó la trama eólica, el mayor caso de corrupción de la historia de Castilla y León, con cien millones de euros en el trasiego. No se quedó a escuchar una comparecencia establecida por él mismo cuando presidía la comisión de investigación, que lleva ya más tiempo activa que Cholo en el Atleti. Cobrar. Cobrar. Cobrar. Y luego, volver a cobrar. Es el modus operandi de muchos parlamentarios de Castilla y León. El desmadre y el despilfarro en el que se han convertido las Cortes no tiene parangón en sus cuatro décadas de historia ante la desidia del inquilino de la Presidencia, Luis Fuentes, el plácido. Que no tiene reparos en expulsar a una procuradora por quejarse en el pleno, pero no abre la boca para exigir a los asalariados de la política que al menos cumplan el horario, porque la responsabilidad va a ser imposible.