Teresa Ribera no sabe que le viene el lobo
Que dice la ministra de transustanciación ecológica que nos quiere endosar a los periodistas el lío que ha armado ella solita o en compañía de otros ecologistas aguas adentro de la M-30 con el lobo. El lobo es un lobo para el hombre, ya lo dice mítico y reconocido filosofo rural Tarsicio el de Valdelugueros.
Pues la susodicha Teresa Ribera, que cree que la despoblación se cura fregando de geranios las balconadas fachadas del barrio de Salamanca quiere introducir en el lío este del lobo a los periodistas. Lío suyo y de nadie más. Aguantado con la jeta de hormigón que luce el de Agricultura, Luis Planas, por no incomodar al jefe Sánchez, y por aquella máxima tan de ZP de defender una cosa en un ministerio y la contraria en el de al lado, un tipo capaz de aburrir a las geranios, el Planas este.
El asunto es endosarnos a los informadores no sabe si un libro de estilo o un código deontológico para que no tergiversemos al hablar del lobo, caperucita roja Ribera. Cuando se dé cuenta, que a ellas se la sopla, que vive al lado de la Cibeles y la Gran Vía, se encontrará cual caperucita en la Castilla y León rural, en una alcoba electoral exclamando: ¡Qué urnas tan grandes tienes! ¡Es para medrar mejor! ¡Qué grupo parlamentario más grande tienes! ¡Es para pactar mejor con el PP! ¡Qué cabreo tiene el personal de los pueblos conmigo! ¡Es para devorar mejor a los que votaron a Ciudadanos hace cuatro años!
Y cuando se dé cuenta, la fiera se habrá alimentado de sus atolondradas decisiones y habrá adquirido tamaño de llave de gobierno allá por los comicios de 2023. El lobo electoral se llama VOX. Y al que engulle es a Cs, pero al que devorará en esta tierra es al PP. El PP lo presiente. Teresa Ribera ni lo sabe ni le importa. Ella está para para embridarnos con libros de estilo, tan estilosa. Pero a Tudanca, bastante. Y así se gobierna, M-30 puertas adentro.