Las enseñanzas aritméticas de ZP en tiempos de moción
Al PSOE de Tudanca no le salen las cuentas para la moción de censura. Porque esto de la política es una pura cuestión aritmética, como le explicara José Luis Rodríguez Zapatero, en sus años mozos de secretario general del PSOE leonés, a un rival.
Vino a decirle, más o menos, «pues todo lo que dices es muy razonable, y creo que tienes razón. Pero sólo dispones de un 27% de delegados para batirme en el congreso. Con lo cual te sigue faltando un poco de razón, para tenerla toda, es decir, un 14% de razón para alcanzar el 51% que te permita ganarme».
Aquel joven aunque ya veterano y juicioso político, que gobernaba un pequeño ayuntamiento berciano, a orillas de Ponferrada, regresó a su pueblo y por el camino fue rumiando la enseñanza de un compañero que luego dejaría claro ante José Bono cómo se las gastan las razones y los argumentos aritméticos en política.
A Bono, el presunto ganador de aquel congreso, le faltaron un puñado de razones que la guerrista Matilde Fernández, en venganza a sus coetáneos, decidió prestarle a un imprevisible Zapatero para que se alzara con la Secretaría General de un PSOE en decadencia. El resto de la historia y de la ruina que nos dejó ya la conocen. Y de sus andanzas venezolanas, mejor no comentar.
Pues Tudanca sabe que la aritmética no le sale, pero riega e insiste porque es lo que toca y porque ha visto que la estrategia, alumbrada por la perspicaz Ana Sánchez, le está funcionando para dos cosas. Lo primero darle a los suyos la adrenalina que llevaban tiempo reclamándole al líder socialista.
Y lo segundo para adquirir relieve y ponerse en forma de cara a 2023. Y en esto acierta porque la pandemia nos va a dejar a las puertas de unos comicios sin año preelectoral. El PP está a lo suyo, aunque todavía no acierta a saber lo suyo.