Diario de Valladolid

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HOLLYWOOD. Periodo de entreguerras. Una joven rubia de treinta años escandaliza a la sociedad puritana norteamericana con la representación de una obra teatral titulada ‘Sex’, de la que ella había sido su productora, directora, protagonista y guionista. Los tribunales la condenaron a pena de prisión por inmoral. Si hoy acudiéramos a la sesión, únicamente nos provocaría una sonrisa inocente. Así es la vida. Lo que en un momento determinado constituía un delito, hoy pasaría desapercibido por rutinario.

El suceso que acabo de narrar, lejos de estigmatizar a la actriz, la convirtió en una heroína que catapultó su carrera en los años siguientes, convirtiéndola en uno de los iconos de las productoras cinematográficas más reputadas de la época. El nombre de esta extraordinaria mujer es Mary Jane West, más conocida como Mae West. Dotada de una inteligencia extraordinaria, sobresalió tanto por sus puestas en escena como por su fina ironía en las conversaciones cotidianas.

Era capaz, en un instante, de crear diálogos chispeantes con sus contertulios. Le debemos frases que han pasado a la posteridad, tales como: «Las chicas buenas van al cielo, las malas van a cualquier parte» o «¿Llevas una pistola en el bolsillo o te alegras de verme?». Fichó para una de sus películas y lanzó al estrellato a un desconocido Cary Grant. Cierto día preguntó a su agente quién era ese tipo.

Le contestó que un principiante apellidado Grant, que iba a formar parte del elenco de actores de Madame Butterfly. A lo que Mae contestó que le daba igual que hiciera de Madame Butterfly o de Blancanieves, y que, si sabía hablar, le quería en su película.

Tuvo la capacidad de dar un paso adelante cuando las normas sociales no hacían más que marginar y relegar el papel de las mujeres en todos los órdenes vitales. Pintores contemporáneos como Salvador Dalí o Fidra Kahlo la inmortalizaron en sus obras pictóricas para que recordemos que otra forma de pensar es posible.

Mañana es el día internacional de la mujer. Su posicionamiento en el mundo actual debe crecer día a día. Hemos de poner a la mujer en la cumbre de las actividades humanas y retomar las medidas de igualdad para la transformación de la sociedad, en la que la mujer ocupe el lugar que le corresponde. Todo lo que hagamos por la mujer, instituciones públicas y privadas incluidas, es poco.

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