Diario de Valladolid

Félix Villalba

Navidades y allegados

LA SOLANA

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El término allegados es posible que haya incrementado el número de visitas al diccionario de la Real Academia de la Lengua . Ha tenido su momento histórico en este año de la pandemia y sirve para abrir la mano en las restricciones navideñas. Ya saben, reuniones de diez personas en las comidas y cenas de las fiestas navideñas y posibilidad de cambiar de comunidad autónoma para visitar a familiares o allegados, término respecto al que podemos ser sinceros o hacer lo que nos dé la gana.

Se esperaba con cierta ansiedad a la normativa que se dictara sobre la celebración de las navidades de la pandemia y al final ha quedado casi todo en manos de los ciudadanos, porque prácticamente se puede hacer lo que se quiera, aunque lo sensato es atender a las recomendaciones habituales y las especiales en relación al peligrosísimo virus que sigue matando diariamente con total crueldad aunque nos hayamos acostumbrado a escuchar las cifras diarias de fallecimientos y ya no nos estremezcan tanto como al inicio de la pandemia.

Los políticos han conseguido finalmente un consenso amplio , excluidos los madrileños y catalanes. Es de agradecer que en Castilla y León no hayan seguido el ejemplo de los díscolos y hayan apostado por la sensatez del acuerdo en la negociación. Por supuesto, han cedido y se han quedado con ganas de establecer algunas limitaciones más o al menos más claras, pero todos los demás han cedido también. Así que el punto de partida es común, aunque luego, en función de la evolución de la epidemia, puede haber cambios de última hora, sobre todo después de lo que depare este puente , que también, como las navidades, tiene muchos riesgos si se baja la guardia y se dan facilidades al virus.

Se puede concluir que las medidas sobre la navidad son básicamente recomendaciones y una apelación a la responsabilidad de los ciudadanos. Y es comprensible, porque son fechas muy especiales y querer regularlo todo es difícil y hasta desaconsejable después de casi un año de restricciones. Al menos las tentaciones de las fiestas en las calles serán menores. Ahora queda lo que cada uno haga en su casa. No hubiera estado bien privar a los ciudadanos de la posibilidad del reencuentro con familiares y esos allegados, los de verdad, que muchas veces son como parte de la familia, todos ellos estado más lejos que nunca este año en muchos casos. Habrá contagios inevitables, pero que sean capaces de provocar o no una tercera ola está en nuestras manos. Ojalá demostremos ser merecedores de las responsabilidad que se nos ha dado.

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