Diario de Valladolid

Félix Villalba

El corto y el largo plazo

LA SOLANA

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EL otoño ha llegado antes de lo previsto, no tanto en lo que se refiere el clima como a la salud pública. Lo que se temía de la estación apareció antes en forma de virus coronado. Los escolares ya van a clase con mucho más virus circulando del que se preveía y el lunes comenzarán los universitarios, que pueden ser otro caldo de cultivo, aunque en este caso la enseñanza a distancia va seguir jugando un papel fundamental, como medida de prevención. El rector de la Universidad de Valladolid, Antonio Largo, se quejaba el jueves del impacto económico del virus en sus presupuestos y reclamaba más ayuda a la Junta, porque han tenido que afrontar gastos extraordinarios en prevención. Es lo que tiene esta pandemia, que ha dejado los presupuestos de las instituciones públicas y privadas y de los particulares, destrozados. Se ha tenido que atender lo inmediato como se ha podido y en muchos casos relegar otras partidas para cuando se pueda. El Covid-19 fuerza a mirar al corto plazo, que ya habrá tiempo de ver qué depara el largo. Pero como en todo, siempre hay quien va a contracorriente. El Ayuntamiento de Soria, atendiendo una vieja demanda ciudadana de que los políticos se fijen también en largo plazo, según ha explicado, ha decidido acudir a una subasta de terrenos destinados a uso residencial y que todavía están por urbanizar. Es una oportunidad, dice, por el precio de una subasta consecuencia de la quiebra de Martinsa-Fadesa. Así que va a ver si consigue el más de medio millón de metros cuadrados divididos en 37 parcelas por poco más de 2,5 millones y medio de euros. No lo tiene difícil, porque hasta ahora no lo ha querido nadie y no deja de ser curioso que entre una institución pública donde no quiere estar la iniciativa privada, que al final será la destinataria de la compra del Ayuntamiento, que asegura que así podrá conseguir que los promotores vendan los pisos más baratos vendiéndoles el suelo a buen precio y con condiciones. Igual aciertan en esa política a 10 años, pero no deja de sorprender que cuando hay una gran escasez de dinero público y empresas y familias en  aprietos es cuando se decide apostar por el largo plazo, utilizando unos recursos que podrían servir para reducir cargas a los ciudadanos en el momento que más se necesita. Porque el Ayuntamiento soriano ya ha dicho que de bajar el IBI, que no ha hecho más que subir en la última década, nada, que es una fuente de ingresos fundamental. Así que, como no todo va a ser largo plazo, es posible que Soria cuente con una buena dotación de suelo público en breve para garantizar un buen precio a la iniciativa privada en el futuro. Al fin y al cabo, este otoño acabará pasando.

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