Los alumnos y docentes merecen certezas
EDITORIAL
Muchas son las tareas a las que se tiene que hacer frente en esta desescalada que avanza hacia la fase 1 , en Castilla y León de una forma más lenta. Y entre ellas, en un lugar destacado está la vuelta o no a las aulas en este curso que, como toda la sociedad, se veía interrumpido por la declaración del Estado de Alarma hace ya más de dos meses, para combatir la pandemia del coronavirus.
Los alumnos, los profesores y el conjunto de la comunidad educativa exigen, es más merecen, claridad en los criterios que se apliquen en la desescalada. Por eso no es de recibo que la respuesta que llegue desde el Ministerio de Educación de Isabel Celaá sea, poco menos, que cada Comunidad haga lo que le dé la gana. Ese no es el camino nunca, pero mucho menos ahora en la crítica situación generada por el Covid-19.
Y no se trata desde aquí de dejar de reconocer y, mucho menos, recortar las tranferencias de la Eduacación que son de cada Comunidad, pero sí de exigir que la regla, el principio de base sea igualitario para todos. Evidentemente, después cada territorio tendrá sus propia particularidad que habrá de definirse y concretarse, pero siempre en base a esa norma inicial que aglutine a todas y que, sin ningún género de duda, debe emanar delMinisterio de Educación, eso sí con el consenso de todas las comunidades.
Los 17 criterios no son buenos ni para el pasar de fase en la desescalada, ni para reactivar la actividad y, por supuesto, tampoco lo son para decidir sobre la reapertura o no de los centros educativos. Si se decide retomar el curso de manera presencial deberá explicarse y dejar claro cuáles son las pautas claras que marca Sanidad para que pueda llevarse a efecto. Y lo mismo tiene que suceder si la decisión que se toma pasa por no volver ya a las aulas y continuar con la educación virtual.
Una claridad que debe fijarse en materia de titulaciones , pero también de cara al próximo curso, a las matriculaciones y todo lo que supone el retorno a los centros educativos. Algo que tiene que hacerse desde ya porque se corre el riesgo de no llegar a tiempo y encontrarse a la vuelta del verano con los deberes por hacer. Los alumnos y los profesores, toda la comunidad educativa merecen certezas.