Castilla y León ya tiene identidad común

Hoy será un villar distinto, como tantos días distintos al resto de los días de nuestra vidas estamos viviendo. La campa desnuda del pueblecito castellano vacía, sin el ajetreo de familias, mercados, mercaderes, músicas que agitaban cada año el festivo día de Castilla y León. Igual todavía anda por allí, desconfinado, el alcalde agitando la bandera para hacerse otro vídeo.

Si hubo multa para los imbéciles que salían vestidos de pokemon o los energúmenos que hicieron un San Fermín en Covaleda, y el resto de la fauna de irresponsables cazados desafiando el rigor de la clausura de toda una sociedad, digo que si hubo 600 de multa para esos la habrá para el que hizo de abanderado y además registro en vídeo la hazaña. Hay gente capaz de jugarse una multa por una foto. La foto ya la tiene. Yla Guardia Civil la ha visto, incluso en Tele 5. Veremos si el rigor sancionador es igual para todos.

Pues hoy será un Día de Castilla y León diferente. Como lo fue ayer. Sin nuestra legión de los mejores de los nuestros alzados en el escenario del imponente auditorio Miguel Delibes. Eran los primeros premios de Mañueco tras la era Herrera. Tendrán que esperar. Porque la Junta ya ha dicho que habrá premiso y habrá premiados. Y los galardonados saldrán de la legión de heroicos ciudadanos y ciudadanas que estos días con su oficio y profesión han simbolizado la fortaleza común y social de esta tierra construida de viejos reinos y variopintas provincias.

El tesón, la solidaridad y la generosidad son la identidad común de un lugar plural y diverso. No busquen más. La identidad que nos une ha salido a flote en el peor momento que ha pasado esta tierra desde que Rodolfo Martín Villa decidió acabar de zurcir el mapa autonómico hilvanando nueve provincias. Somos Castilla y León, un lema de este periódico. Somos entrega en la adversidad.