En pocas palabras
PIEDRA DE TOQUE
Ayer supimos que se ha creado una asociación para judicializar las negligencias del Gobierno Sánchez a causa del coronavirus. Excelente iniciativa. Médicos conozco yo que han sido llevados a juicio, y en algunos casos condenados, por negligencia con resultado de muerte. Lo de este Gobierno se trata de algo más que de una simple negligencia por un error en el diagnóstico o en el quirófano. Se trata de miles de muertos por simple sectarismo y por incapacidad supina en la gestión . ¿De qué manera, pregunto, se le llamaría a esto sin que suene a genocidio?
La nueva asociación tiene un serio problema: las víctimas mortales del coronavirus parecen fantasmas invisibles . Sabemos con pinzas el número de muertos a mogollón, del mismo modo que se cuantifican las reses. Sabemos, porque nos lo dicen –faltan las imágenes letales que ocultan la debacle–, que esos muertos se apilan en morgues de hielo o en funerales anónimos o en crematorios también como las reses. Pero ignoramos del todo –salvo en casos de famosos– sus nombres, sus procedencias, sus sufrimientos, y sus últimas voluntades. Este Gobierno de insensibilidades contables no sólo se pone por montera el respeto de los vivos negándoles la verdad –la mentira es su razón de ser–, sino que la falta de respeto por los muertos se equipara con la de cualquier tiranía de la Grecia clásica.
Tendrá, además, la nueva asociación un hándicap poco menos que insalvable: el de los jueces de la cuerda progresista . Estos salvarán a Sánchez –caso reciente de la jueza de Madrid que ha endosado a Ayuso lo que no le corresponde– sin leerse siquiera el decreto de alarma sanitaria que le da al Presidente plenos poderes sobre vivos y muertos. Y todo ello basándose en lo que decía Juvenal en una de sus Sátiras: «Todo delito se hace más o menos grave, según sea la calidad o jerarquía del criminal». Ya os vale.