La EPA evidencia los desequilibrios territoriales
EDITORIAL
LA ENCUESTA DE Población Activa (EPA) cierra el último año con datos desiguales, en lo que a la destrucción y creación de empleo se refiere. Las cifras no engañan y dejan entrever una cierta fatiga, que algunos llaman desaceleración, de la economía.
La mejor demostración es el estancamiento en la creación de empleo de Castilla y León, con un ligero aumento del paro en los últimos doce meses. De esta forma, la cifra de ocupados en Castilla y León se mantiene estancada en torno a ese millón de ocupados, gracias en gran medida a la incorporación de nuevos activos en el último trimestre del año. Eso sí, esa creación de empleo en el conjunto de la Comunidad se ve enturbiada pon un ritmo de crecimiento mucho mayor a nivel nacional. De esta forma, Castilla y León sólo puede ver cómo su tasa de paro se mantiene en Castilla y León, eso sí por debajo de la media del país pero aún por encima de los registros deseados.
Más allá de esto números globales en los que la EPA sitúa a la Comunidad, la Encuesta de Población Activa vuelve a evidenciar los desequilibrios territoriales entre las diferentes de las provincias de Castilla y León. Y no sólo en la tasa de paro, sino también en las subidas y bajadas del paro y del empleo, según se analicen los datos de una provincia u otra.
Así por ejemplo, aparecen Soria, Segovia y León como los territorios con mayor incremento del desempleo de España, mientras en el lado contrario se coloca Palencia como la provincia que presenta el mejor balance anual. Ahí habría que añadir Valladolid, que se encuentra con la mayor bajada del parado y el mayor ascenso del empleo en la última década.
Una desigual es la evolución por provincias, con aumentos del paro en Salamanca, Ávila y Zamora, además de las ya mencionadas Soria, Segovia y León. Y frente a ésta, la otra cara de la moneda son Palencia, Burgos y Valladolid al reducir su cifra de desempleados. La palentina es la que registra la mejor evolución de todo el país.
Cifras y números que obligan a la admininistración, sobre todo al Ejecutivo autonómico, a no quedarse en la media global. Es obligado bajar al detalle provincial para darse cuenta de dónde están sufriendo más los castellanos y leoneses la sangría del paro. Y es ahí donde debe actuarse para frenar, primero, y corregir después los desquilibrios territoriales que evidencia la EPA.
Y lo mismo puede decirse en el caso si se analiza por edades y género. El paro se ceba con los jóvenes, como también sucede en el caso de las mujeres, que ven cómo el desempleo crece frente a la caída, leve pero caída, entre los hombres.
Es hora ya de actuar y atajar estos desequilibrios.