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La inclusión inversa

Adrián López, de 12 años, se convierte en el primer jugador sin discapacidad en participar en la escuela de baloncesto adaptado del Fundación Grupo Norte / Su sueño es llegar al primer equipo, al que sigue desde que tenía dos años y medio

Adrián López posa con la silla, rodeado por sus compañeros de la Escuela del Fundación Grupo Norte.-J.M.LOSTAU

Publicado por
Guillermo Sanz

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Las grandes estrellas del deporte han edificado un castillo que sueñan con habitar cientos de niños de todo el mundo. Sin embargo, aún quedan jóvenes que no se dejan cegar por el brillo mediático y encuentran una meta que alcanzar en su propia ciudad.

Mientras que unos imitan a Messi, Ronaldo, Lebron James o Curry, el vallisoletano Adrián López pone sus ojos sobre Jonatán Soria, José Luis Robles, Adrián Pérez o Lalo Prieto, jugadores del Fundación Grupo Norte.

El baloncesto adaptado es un refugio deportivo en el que encuentran su sitio chicos y chicas con algún tipo de discapacidad; un hogar muchas veces invisible para el resto de personas, pero no para Adrián, que se ha convertido en el primer niño sin discapacidad en participar en la Escuela del Fundación Grupo Norte, club al que sigue desde que era un niño.

«La primera vez que fui fue con dos años y medio. Me llevaron mis padres porque mi tío Jorge trabaja de voluntario. Me gustó y fuimos a los demás partidos. Cuando ganamos la Liga bajamos a la pista y saludé a los jugadores. Desde entonces bajaba todos los días y dije que quería jugar al baloncesto», explica Adrián López, que desde los dos años se convirtió en un incondicional seguidor del club morado.

El baloncesto adaptado le fascinó. «En casa, con sus Lego, quitaba las ruedas a los coches, ponía a sus muñecos encima y jugaba al baloncesto en silla de ruedas con un garbanzo», recuerda su madre, Eva Díaz. Adrián había descubierto un tesoro y quería compartirlo con sus compañeros. Tanto, que movió cielo y tierra hasta que consiguió que los jugadores del Fundación Grupo Norte fueran a su colegio, en Cabezón.

La afición de Adrián López pasó de la grada a la pista este año. Un día cualquiera, fue a visitar a su abuela a su casa, ubicada cerca del Pilar Fernández Valderrama. Al ver que no estaba su tío Jorge fue paseando hasta el pabellón y vio entrenando a los chicos de la escuela. Allí Víctor Reina le prestó la llave que le faltaba para entrar por la puerta de su sueño. «Me dijo que si quería entrenar, que le faltaba uno. Pensaba que era una broma», confiesa.

El joven, que también juega al fútbol en el equipo de Cabezón, es el primer jugador sin discapacidad que se suma a la escuela, donde aprende las directrices de un deporte que define «como un ejemplo de superación». «Lo que más me gusta es mover la silla, botar y el compañerismo», piezas para ensamblar un puzle perfecto que ayudan a completar en su casa: «Mientras haga deporte y esté contento, nosotros encantados. A la gente le extraña que vaya a ver baloncesto en silla de ruedas, pero lleva toda la vida haciéndolo», confiesa su padre, José Antonio López.

El segundo día anotó sus dos primeras canastas, muestra de que Adrián tiene talento en sus manos. Sobre el parqué se mueve como pez en el agua en una escuela en la que ha sido uno más desde que cruzó la puerta el primer día. «Los compañeros me dan apoyo y consejo, sobre todo Dani y Cristina,. Me ayudan muchísimo», confiesa el joven jugador, que sueña con «acabar jugando en el primer equipo», una quimera que no es tal. El baloncesto adaptado abrirá en un futuro próximo su pórtico a jugadores sin discapacidad -ya lo hizo la semana pasada en el Campeonato de España de Selecciones Autonómicas de Madrid-, un camino hacia la verdadera inclusión. Tal vez, Adrián podrá añadir dentro de unos años a su extensa colección de camisetas una con su nombre y apellidos.

La llegada de Adrián es una buena noticia para el club, que espera que más niños tomen su ejemplo. «Llevamos tiempo promoviendo la inclusión, que no es otra cosa que todos compitan en las mismas condiciones. Esperamos se unan muchos mása Adrián», desea el presidente del club, José Antonio de Castro.