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JUAN CARLOS Y ESTELA DOMÍNGUEZ

El maestro está en casa

Ante la falta de oportunidades en Castilla y León, la hija del olímpico sigue los pasos de su padre en el ciclismo enrolada en el Río Miera cántabro / Entrena con su referente, que continúa compitiendo

JuanCarlos y Estela Domínguez posan con las bicicletas en la puerta de su casa.-J. M. LOSTAU

Publicado por
Guillermo Sanz

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Decía Machado que el camino se hace al andar; sin embargo, al escritor de la Generación de 98 se le olvidó apuntar a pie de página que el camino también se puede hacer al pedalear. Para ejemplo, el de Juan Carlos Domínguez. El ciclista vallisoletano dejó la huella de su rueda en la historia del deporte; un legado que ahora recoge su hija Estela, que apunta alto en el mundo del pedal.

«Cuando empecé con la escuela me veía y venía a veces. La llevaba para que jugara y se decidió a correr, como hobby. Poco a poco se fue aficionando», resume el que fuera ciclista profesional y olímpico en Sidney 2000. La escuela Collosa fue el escenario en el que empezó a dar sus primeras pedaladas Estela con apenas 8 años. Hoy con 15 es una de las promesas ciclistas. En su currículum ya lucen una prueba de la Copa de España de carretera, otra de velocidad en pista o un subcampenato nacional de contrarreloj.

Estela Domínguez tiene el ciclismo en sus genes y la mejor manera de cincelarles no es otra que ponerse a las órdenes de su padre, con el que comparte horas de entrenamientos. «Te da consejos y te ayuda, aunque a veces le hago menos caso que a otras personas», admite la joven ciclista, que admite que tiene en casa a su «referente. Ha conseguido mucho con mucho esfuerzo»; un buen espejo en el que mirarse.

Padre e hija comparten horas de carretera y ambos comparten su vínculo en la competición. Juan Carlos Domínguez enrolado a sus 48 años con los máster del Norinver. «No voy con la ilusión de ganar carreras, sólo de aportar mi experiencia», admite el ciclista, que sigue sumando algún éxito a su palmarés. Su descendiente hace lo propio en el Río Miera Meruelo, el equipo cántabro al que tuvo que ‘emigrar’ la vallisoletana ante la falta de oportunidades en Castilla y León.

La falta de corredoras para formar equipos y el hecho de que Castilla y León sea prácticamente un desierto a nivel de ciclismo femenino empujan a los diamantes del pedal a buscarse salidas en otros lugares. «Algunas veces ha corrido algunas carreras con los chicos, pero si quieres competir con chicas te tienes que ir fuera de Castilla y León», explica Juan Carlos Domínguez; una situación que no es nueva para Estela: «Así ha sido desde hace mucho. Carreras sólo hay en el norte y en el sur y te gusta estar con los que tienen más nivel», asegura.

Esta temporada será la primera vez que Estela Domínguez podrá competir en su propia casa. Valladolid acogerá en junio una prueba de la Copa de España. Cuando lo ha hecho antes ha sido compartiendo recorrido con sus compañeros masculinos, manteniendo el tipo. «Me gusta correr más con los chicos que con las chicas», explica la joven.

El ciclismo es un rompecabezas para las deportistas femeninas, que tienen que buscarse la vida lejos de casa, algo que hace que muchas aparquen su bicicleta antes de tiempo. No es el caso de Estela Domínguez, que sueña con poder seguir los pasos de su padre. Eso sí, con los pies en el suelo: «Claro que me gustaría ser profesional, pero los sueldos son muy bajos… prefiero seguir estudiando, por si acaso», bromea. Esta visión la comparte con su padre: «En chicas ganarte la vida con la bicicleta es muy complicado, estudiar es lo más importante», asevera el corredor del Norinver.

El futuro de Estela Domínguez no se juga a una única carta. La ciclista es un todoterreno que toca todos los palos de la baraja de las dos ruedas: el ciclocross, la carretera, la bici de montaña y la pista. «La gusta todo, tiene el mismo ‘defecto’ que yo: nos gusta todo lo que tiene dos ruedas», explica Juan Carlos, que define a su hija como a una ciclista que «todo se le da bien, pero no se especializa en nada». Así, Estela ha despuntado también sobre la BTT, quedando campeona de Castilla y León.

«De momento se me da más o menos bien todo. En BTT los entrenamientos son más divertidos, pero en carretera trabajas más en equipo, es más bonita», explica Estela Domínguez, que este año intentará firmar un papel sobresaliente en el Campeonato de España de BTT y en la Copa de España de carretera. En su mente, un objetivo: los Juegos de la Juventud del próximo verano.

Hasta que llegue el verano -tiempo de bicicletas según Fernando Fernán Gómez- seguirá curtiéndose sobre el asfalto de la mano de su padre, disfrutando de una experiencia con mejor sabor que cualquier trofeo. «Nunca pensé que iba a disfrutar tanto con ella», concluye el hombre que logró vestirse de rosa en un Giro de Italia.