Prepararse ante las amenazas e incertidumbres del Brexit
A MENOS DE mes y medio para el posible Brexit duro, las incentidumbres pesan tanto como las amenazas. Toda Europa se prepara para la salida del Reino Unido de la Unión Europea. No será lo mismo si finalmente no hay acuerdo, como se prevé al día de hoy, que si se hace con cierto consenso. En cualquier caso, España y Castilla y León ya han empezado a sentir las amenazas de esta ruptura unilateral. En exportaciones y en inversión británica en España. El comercio exterior vivió un casi récord en 2018 y, sin embargo, ha empezado a desplomarse con fuerza en este 2019. De tal manera que las exportaciones han caído un 9,4% en el primer semestre y es posible que mañana, cuando el Ministerio difunda los datos hasta julio, se acelere este descenso.
La automoción, la industria agroalimentaria y el transporte son lo sectores que más se están resintiendo en esta crisis de la unidad de la UE. Sin embargo, casi todos los analistas auguran que los efectos puedan ser mayores para el resto de la economía europea de lo que ponen de manifiesto los informes de coyuntura.
El Gobierno regional ha anunciado un programa de adaptación de las empresas al Brexit que permitirá, así lo dicen, poner a disposición de los emprendedores tutorización individualizada, al tiempo de impulsar planes de diversificación de mercados. La patronal y las Cámaras de Comercio apuntan a una cierta inseguridad porque no se sabe aún el impacto del coste de los aranceles y los agricultores sostienen que será un país menos para vender sus productos.
Apenas el turismo regional se salva de esta antesala de pánico que supone la primera salida en muchos años de un país de la Unión Europea.
La Consejería de Economía y Hacienda, diferencia de alguna otra administración autonómica, desconoce el impacto que tendrá la medida británica ni tampoco el contenido de su programa, aunque la Junta confía en que las directrices se enmarquen en una coordinación institucional entre Gobierno central y autonomías. A la amenaza del Brexit se suma la falta de gobierno estable y la más que aparente crisis del sector de la automoción. Todo ello, en un marco de desaceleración económica con el gigante Alemania a la puertas de la recesión y en el más que posible encadenamiento de dos años consecutivos sin presupuestos.
El Gobierno regional está obligado en esta incierta situación económica y política a redoblar esfuerzos, anticiparse al deterioro que puedan suponer para la economía la coincidencia de todos estos factores y marcar bien las pautas a todos aquellos sectores que puedan afectarles en mayor medida. Por supuesto, siempre con la debida coordinación con otras administraciones y el paraguas de la CE.