El liderazgo en donaciones de órganos, ejemplo de solidaridad
CASTILLA y León ha sido en los últimos años una de las comunidades autónomas de España con mayor número de donantes de órganos. El año pasado registró un récord y superó con creces el objetivo de la Organización Nacional de Trasplanes de 50 donantes por cada millón de habitantes, superando ampliamente la media nacional.
Sin embargo, la tendencia del primer trimestre pone de manifiesto un retroceso en esta situación de cabeza. Como dice la directora de la Organización Nacional de Trasplantes, Beatriz Domíngüez-Gil, no hay nada que jusitifique este parón y es preciso esperar a que avance el año con el fin de conocer con mayor precisión las causas y, si fuera posible, recuperar el rimo anterior.
Aunque entre los ciudadanos de esta Comunidad hay un nivel de conciencia y de solidaridad a la hora de las donaciones, son los receptores de esos órganos y sus familias los que mejor valoran los efectos de de esa trasmisión de órganos. «Aprendes a vivir el día a día», explica hoy en este periódico una mujer a la que le salvó la vida un donante y hoy es todo agradecimientos a la familia y a los médicos.
Es posible que desde las administraciones públicas se pueda hacer una mayor labor de información y de concienciación ciudadan con el fin de mejorar la vida de las personas.
Lo que resulta evidente a tenor de los profesionales es que el modelo de gestión es el adecuado y la legislación es avanzada y favorece la actitud solidaria de los ciudadanos.
Esa actitud solidaria es mayor si cabe si se tiene ne cuenta que hay una serie de colectivos a los que, por su mayor envejecimiento, no se puede extraer determinados órganos. Sobre todo en el caso de las donaciones en asistolia controlada, una técnica que solo es apropiada para donantes de hasta 70 años.
La tecnología aporta cada vez mayores avances para favorecer las donaciones. Las más avanzadas están en el Hospital Río Hortega de Valladolid, en el de León y en el de Salamanca, aunque Sacyl cuenta con un soporte móvil que permite desplazarse a aquellos centros que no tienen esos sintemas con el fin de que no se pierdan donaciones.
Aprovechar todos los recursos para que la sanidad pública regional, que es muy bien valorada por los ciudadanos, facilite en todas sus posibilidades la donación de órganos es fundamental. Sobre todo, en una comunidad envejecida y solidaria que ha sabido como pocas valorar las consecuencias positivas de las donaciones. Toda la sociedad de Castilla y León debe estar a la altura de las circunstancias en un asunto tan sensible como este.