ISABEL GARCÍA SANZ
Un tridente en manos de mujer
Enamorada desde su adolescencia del Salvamento y Socorrismo, la presidenta de la Española en una de las tres mujeres que presiden una federación nacional
Las aguas de la mitología dan para llenar un océanos historias. Desde que el ser humano pisó la tierra se preguntó qué escondía ese inmenso manto azul y quién reinaba bajo la superficie. Así nació un mundo habitado por náyades, sirenas, ninfas, nereidas y oceánides; princesas de unas aguas gobernadas por Poseidón. Siglos después, el tridente del monarca de los mares recayó en manos de una mujer: Isabel García Sanz, la emperatriz encargada de dirigir el imperio del salvamento y el socorrismo en España.
La piscina de Huerta del Rey fue la pila en la que la presidenta de la Federación Española recibió su bautismo deportivo con apenas seis años. «Mis padres entendían que la natación era prioritatia. Mi padre (Pablo García, subcampeón del mundo de salvamento con 87 años) nos levantaba y mi madre nos llevaba a la piscina a las siete de la mañana, antes de ir a clase. Era duro, pero te hace tener unas pautas», recuerda. Una semilla que aún da sus frutos. Tanto Isabel como sus tres hermanos (José Luis, vicepresidente de la Federación Española y de Castilla y León; Alberto, director técnico del centro de tecnificación autonómico y de la escuela española; y María Victoria, integrante de la comisión de prevención y seguridad de la Federación Española) siguen ligados al mundo del salvamento y el socorrismo.
La piscina, el río (también practicaba piragüismo) y el tatami (karate) fueron los parques en los que pasó su infancia la vallisoletana (aunque nacida en Palencia), que abandonó su calle en el instituto, cuando decidió dejar de competir.
Las olas la devolvieron a su hábitat natural pocos años después, cuando con 18 hizo junto a sus hermanos el curso de socorrista. «A partir de ahí fue otra etapa diferente. La natación me gustaba, pero el salvamento era mucho más divertido», admite. Los cimientos del salvamento y el socorrismo deportivo aún eran líneas en un plano cuando comenzaron a remover la tierra (y el cielo) para darlo a conocer a orillas del Pisuerga: «Empezamos a entrenar los domingos por la tarde en Huerta del Rey y a hacer exhibiciones a nivel profesional. Descubrimos que existía un deporte y se planteó hacer un Campeonato de España en Valladolid», explica. Mientras las miradas en España se repartían entre la Expo y los Juegos Olímpicos, Isabel García y sus compañeros centraban todos sus sentdos en empaparse de un deporte que les cautivó.
Bloqueados por la delegación provincial (que cerraba la vía deportiva del socorrismo), se movieron para dar un golpe de timón a lo establecido. «Me recorrí todas las asesorías gratuitas para que me dijeran lo que teníamos que hacer hasta que llegamos a la Junta. Mariano Cuesta nos explicó lo que teníamos que hacer. Entre 5 ó 6 pusimos un dinero a fondo perdido para intentar hacer algo que llevaban 20 años para hacerlo. Parecía una misión imposible. Cuando salía de la universidad estábamos casi todos los días en la Junta», recuerda.
«Siempre tuvimos claro que había que basarse en el deporte base, que todos los niños pudiera conocer desde pequeños lo que nosotros no conocimos hasta los 20. Fue muy difícil, la gente pensaba que estábamos locos por querer enseñar socorrismo a niños de seis años», asegura.
Crear la Federación Autonómica en 1994 fue una meta, pero no el final del camino, que siguió su sendero hasta la Española, donde vivió otra epopeya hasta conseguir por un único voto la presidencia en 2004. «Fue otro brindis al sol. Intentábamos consolidar este deporte y si la Española dilapidaba todo era imposible. Si seguían la Federación hubiera desaparecido y no lo podíamos permitir». A partir de ahí, Isabel García Sanz volvió a nadar en aguas subterráneas de «cuatro años de cuentas falseadas y casi en quiebra»; una situación que la federativa logró sacar a flote, como buena socorrista.
Árbitro internacional o entrenadora con la selección de Castilla y León son líneas de un currículum en el que luce su presidencia. La vallisoletana fue la primera mujer elegida por votación para la vicepresidencia del COE, la primera vicepresidenta de la federación europea y una de las tres mujeres que dirigen federaciones deportivas a nivel nacional (junto a Vela y Remo). Ella es el mejor ejemplo de que las mujeres aún tienen que nadar a contracorriente en muchos ámbitos: «En el mundo del deporte faltan mujeres.
No es fácil hacerse un hueco. La mentalidad ha cambiado, pero no es habitual que haya mujeres. Ganarse el respeto no es fácil y se necesita años de bagaje. A veces no entramos ni en la ecuación. Las niñas no tienen referentes para ver que se puede llegar a esto, por eso no se lo plantean», lamenta. Isabel Sanz ayuda desde la gestión a abrir las aguas como Moisés para que pasen las mujeres a un mundo que debe nadar hacia la igualdad.