Un bastón para recorrer el camino de la salud

El camino de la vida suele ser largo y, en ocasiones, se necesita un apoyo. En una técnica ancestral como el Chi Kung este punto de apoyo llega bajo el nombre de Zhang Gong o bastón para la salud; una técnica que una docena de alumnos del Club Deportivo Kundaly descubrieron el pasado fin de semana, cuando Fuente La Mora acogió un pedazo de la tradición china.

Detrás de movimientos como El barquero rema, La aguja calma el mar o El dragón dorado mueve la cola se esconde la fórmula para encontrar el bienestar físico. «Son ejercicios basados en la medicina tradicional china, pensados para mejorar la salud», explica la presidenta del Kundaly, Mercedes Molpeceres, que fue quien descubrió esta disciplina durante un curso de instrucción de Chi kung en Madrid. Desde entonces supo que el Zhang Gong tenía que llegar de visita a Valladolid para presentárselo a los alumnos de un club especializado en chi kung y el tai chi.

Bajo la batuta del maestro Javier Arnanz, del Instituto de Movimiento y Salud, los participantes descubrieron una práctica beneficiosa para la salud. «El bastón ayuda para la coordinación, a mover las articulaciones, a estirar músculos, a movilizar la columna...», explica Mercedes Molpeceres, que asegura que ayuda a mejorar las dolencias de espalda, una técnica que se complementa a la perfección con las asignaturas troncales que imparte Kundaly: «Nosotros trabajamos con ejercicios dirigidos a la mejora de la salud de los órganos internos», explica. Un modus operandi que no entra en conflicto con el Zhang Gong al que se le dio una pincelada en Fuente la Mora, donde se demostró que estas técnicas de salud no entienden de edad: «Hemos tenido alumnos de 84 años y otra de 27. La ventaja de esta práctica es que nunca vas a lesionarte», explica el instructor del club José Manuel Prieto.

Mirar más allá de los límites de su escudo para permitir crecer a sus 40 alumnos es una de las señas de identidad de Kundaly, que desde su nacimiento hace cuatro años apostó por acercar otras técnicas a quien quisiera seguir aprendiendo. «Antes de que se formara el club, algunos de nosotros ya practicábamos y nos gustaba ver el trabajo de otras escuelas. Cuando nos formamos como club quisimos mantener esa forma de trabajar. Nos encargamos de trabajar, pero también de ver cómo podemos mejorar viendo trabajar a otros maestros o tratando de traer prácticas nuevas», como el Zhang Gong, que pisó por primera vez Valladolid. «Entendemos que en el mundo de las artes marciales hay un objetivo común. Podrás discrepar en un apartado, pero hay más cosas que nos unen de las que nos separan y aunar eso es la meta del club», asegura José Manuel.

De esta manera, Kundaly se ha convertido en un nexo de unión entre el conocimiento y sus alumnos, sobre todo en el campo de tai chi, donde desde 2014 ha llevado monográficos de espada, sable, palo, abanico o mano vacía, siendo el bastón para la salud su primera incursión dentro del chi kung. Esta seña de identidad tiene continuidad en la hoja de ruta del joven club vallisoletano, que tiene en mente preparar un nuevo curso de daga, un arma que sirve de transición entre el tai chi de mano vacía y el de armas más grandes. Además, en septiembre quieren pintar la casilla de salida de un curso anual de estilo Chen.

Todo ello llega entre la actividad diaria que realizan los martes y jueves en el Alfonso VIII para el servicio de deportes de la UVA y la organización de eventos ya clásicos como el Día Mundial del tai chi, que tendrá lugar el 27 de abril, o el Encuentro Nacional de Tui Shou (empuje de manos) que cumple su quinta edición reuniendo en Fuente la Mora a seis maestros y a casi un centenar de alumnos.

Intentar instaurar en Industriales una ‘Universidad saludable’ a través del chi kung es la última aventura en la que se han embarcado los maestros de Kundaly, que tienen como objetivo a corto plazo ampliar las secciones del club: «Ahora tenemos como proyecto el desarrollo del kung fu y de la defensa personal», admite José Manuel Prieto.