Diario de Valladolid

EDITORIAL

Cuentas que no solucionan la gran deuda en infraestructuras

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LOS PRESUPUESTOS DEL Estado vuelven a dejar a Castilla y León casi como estaba, en lo que a infraestructuras se refiere. Esperando a que de una vez por todas se hagan realidad y que se cumplan todos y cada uno de los compromisos.

Pero, una vez más, los dineros que vienen del Ejecutivo central vía presupuestos, si es que definitivamente salen adelante, no saldan la deuda con infraestructuras vitales como la Autovía del Duero y la Valladolid-León.

Hay más dinero para la Comunidad, pero mucho es para pago de obra ya finalizada con un nulo impulso a las grandes infraestructuras que Castilla y León sigue reclamando y esperando su conclusión desde hace años. Esa es la gran conclusión que puede extraerse de los Presupuestos que el Gobierno de Pedro Sánchez acaba de presentar en el Congreso para su tramitación parlamentaria.

Cuentas que crecen en Castilla y León, pero que una vez más y como sucediera con las cuentas de anteriores ejecutivos marginan el desarrollo e impulso de las grandes obras como esa anheladas y vitales autovías del Duero y Valladolid-León.

La A-11 y la A-60 son las grandes olvidadas con partidas mínimas, como sucede en el caso de la Autovía del Duero en Valladolid a la que apenas se destinan una cuantía pírrica para la redacción de proyectos, o con partidas que vienen a finalizar los tramos más avanzados, como es el caso de los escasos millones para los recorridos hasta ahora parados y muy avanzados de Soria.

Y lo mismo puede decirse en el caso de la Valladolid-León. Ahí al ya acostumbrados cero para el gran tramo central, el recorrido entre Villanubla y Medina de Rioseco se tiene que conformar una aportación simbólica. Ésta es la realidad. El presupuesto con mayor gasto desde 2010 con José Luis Rodríguez Zapatero en el Gobierno no satisface las demandas de las grandes obras con el impulso que precisan desde hace años. Algo que resulta del todo punto incomprensible. Parece que el Ejecutivo de Sánchez se ha procurado más buscar el respaldo de los independentistas a las cuentas, como lo demuestra la fuerta subida de la inversión en Cataluña, que contrasta con la de Castilla y León, que se sitúa entre las que menos incrementan su gasto inversor.

Lo que toca ahora es que estos presupuestos, que acaban de iniciar su tramitación parlamentaria, sean enmendados. Y ahí uno de los actores principales, sino el principal, tiene que ser el Partido Socialista de Luis Tudanca. Es a los socialistas castellanos y leoneses a quienes les toca ser beligerantes con el Gobierno para que mejore las partidas. La misma beligerancia que antes, en época del PP, le exigían a los ‘populares’ de la Comunidad. Todo para mejorar una cuentas que no solucionan la gran deuda en infraestructuras.

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