Herrera, (en Gullón), donde hay que estar

LE ASISTE TANTA razón a Luis Tudanca, jefe de la oposición, para que su pregunta al PP sobre el Gürtel se dirima en el pleno de hoy como sinrazón para exigir que hoy Herrera no esté en el aniversario de Gullón y el estreno de su nuevo silo logístico, junto al Rey de España. El presidente de la Junta estará hoy donde tiene que estar, en las entrañas de la mítica Gullón, tal vez el milagro industrial más admirable que jamás tendrá Castilla y León o cualquier otra región de los reinos de España. Estará con una familia que convirtió una vetusta fábrica en la mayor galletera de Europa. Y no lo hizo ni al calor del arribismo, de las subvenciones o del atractivo que representan las grandes urbes, que se lo llevan todo. Lo hizo donde germinaron sus raíces hace un buen puñado de generaciones y 125 años. En Aguilar de Campoo, en la Castilla y León rural. Hoy la Realeza será testigo del esplendor de una empresa con convicciones y con alma. El alma de María Teresa Rodríguez y sus convicciones. Una mujer extremadamente educada y de apariencia frágil, pero capaz de convertir esa gentileza en el trato en un torbellino de fuerza cuando se trató de que una humilde galletera no cayera en las garras de cualquier multinacional y creciera vigorosa en el pueblo que la vio nacer. Hoy don Felipe VI no sólo conocerá la galletera más esplendorosa del continente. Se dará más que cuenta de que el alma de una industria reside en quien la regenta. Lo de la Cortes es rutina de muchos días. Sería imperdonable que el presidente de todos los castellanos y leoneses hoy no estuviera mostrando la gratitud de todos los ciudadanos de esta tierra con Gullón y su gente. Sin el pleno de hoy bien puede pasar esta tierra. Sin Gullón, no puede pasar esta región rural y que se bate a diario contra la despoblación. Tudanca no sabe que hay tiempo para todo.