Diario de Valladolid

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EL DESPARPAJO para prescindir de las infraestructuras todavía útiles compite en nuestro país con la desidia en ir rematando lo que falta por venir. Cuando las prisas en relegar lo existente se cruzan con la galbana perezosa, como ocurre en Aranda de Duero con los precipitados funerales del tren directo y la insoportable lentitud de la autovía del Duero, a nadie puede extrañar que su plaza mayor acentúe la imagen funeral de ataúd.

La plaza de Aranda afila su costado más cercano a los jardines de don Diego obligada por la traza circular del caserío originario, que apenas se ha modificado desde que se dibujó su célebre plano circular de 1503. Esta configuración de la plaza evocó al severo y decimonónico Pascual Madoz la imagen de un ataúd y así lo recoge en su modélico diccionario de mediados de aquel siglo. Cien años más tarde, hizo suya la metáfora el Nobel Camilo José Cela, que se la cuelga al alcalde arandino y conspirador barojiano por excelencia don Eugenio de Aviraneta.

Aviraneta fue alcalde durante el trienio liberal decimonónico, después de haber luchado contra los franceses con el Empecinado. Anduvo en la gresca ibérica de aquel siglo revuelto, y viajó por Francia, Méjico, Cuba, Argel y Grecia, donde se batió con los turcos en compañía del mismo Lord Byron. Además de belicoso, aquel alcalde arandino fue un hábil trapisondista, de manera que se metió en conspiraciones, sin recatarse de preparar ilustres apaños, hasta convertir su perfil en arquetipo del liberal romántico.

Haría bien la actual alcaldesa Raquel González en invocar su estela para conseguir que sus compañeros diputados populares en Madrid no sigan machacando al pulmón de la ribera con el cierre del tren directo Madrid-Burgos y con los insoportables retrasos acumulados en la autovía del Duero. Para empezar, reclamando a Fomento que despeje y recupere el túnel de Somosierra hundido en 2011, a la vez que cuida el resto del trazado de una vía ferroviaria que no llegó a cumplir el medio siglo y todavía se ofrece como el mejor conducto para el tráfico de mercancías.

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