POLIDEPORTIVO
Energía atómica
El CD Fusión celebra el quinto aniversario del nacimiento de un proyecto multidisciplinar que une a deportistas con discapacidades físicas, intelectuales, visuales y auditivas
En el terreno de la física, la fusión (como la unión) hace la fuerza. Cuando varios núcleos atómicos se unen forman un núcleo más pesado y liberan una cantidad gigantesca de energía, la misma que desprenden los integrantes del Club Deportivo Fusión, que acertó en el centro de la diana cuando bautizó a este proyecto integrador.
El club vallisoletano tiene sobre el mantel una tarta de cumpleaños con cinco velas encendidas encima, una por cada año que ha pasado desde que en 2012 el Fusión viera la luz por primera vez. Desde entonces, y por primera vez, las distintas ramas del deporte adaptado se unían para formar la sombra del mismo árbol. «Nace porque muchos deportistas estábamos en clubes integrados o éramos independientes y la idea era formar un equipo en el que estar todos», explica la presidenta del club y medallista paralímpica María Ángeles Lebrato.
«Juntamos todos los deportes adaptados y a deportistas con discapacidades físicas, intelectuales, parálisis cerebral, visuales y sordos», recuerda Lebrato. La idea, pionera en la ciudad, contrariaba con la mecánica en la que cada federación (a excepción de Valencia y Castilla y León) organizaban los campeonatos de España de manera independiente. La dinámica se ha visto revertida después de la crisis, que ha forzado una alegre unión de las diferentes discapacidades alrededor de la misma piscina o tartán.
El Club Deportivo Fusión se ha convertido desde su nacimiento en un edificio de casi 50 plantas, una por cada persona que compite bajo la bandera del lince (mascota que apadrinó el club desde su origen). Lo hacen dibujando cuatro palos de la baraja: Natación (deporte estrella y principal bastión del club), atletismo (equipo formado por personas sordas), boccia (para deportistas con parálisis cerebral) y carreras de montaña (una vía que ha abierto las puertas del club a los deportistas no discapacitados).
Los resultados han guiñado el ojo del CD Fusión. Desde su nacimiento ,los deportistas del club han dado alegrías a pesar de que las medallas no se convierten en el único alimento primario, como explica María Ángeles Lebrato: «Siempre la meta es mejorar las marcas. Ganar nos gusta a todos, pero a nivel de club no es lo más importante. Nuestra prioridad es que los más pequeños vayan creciendo y yendo a competiciones cada vez más importantes», explica. El reflejo en la piscina de esta generación de oro la marca Luis Huerta, integrante del equipo Axa Promesas Paralímpicas, un programa que tiene como objetivo preparar a los futuros viajeros a Tokio 2020.
Con el futuro llamando con fuerza a la puerta del éxito, el presente también sabe a qué aldaba golpear. Los tesoros que albergan las aguas de Río Esgueva están en manos de su entrenador Raúl Carrasco. Los nadadores del CD Fusión mejoran cada año, como lo hacen los buenos vinos. Una cosecha que colocó al club pucelano como el séptimo mejor del país en el último Campeonato de España Absoluto, un brindis regado por una veintena de medallas individuales. Un botín en el que brilló con luz propia los dos bronces conseguidos por el equipo de relevos formado por Irene Aragón, Julia Campo, Marta Fernández y Carla Santos, en libres y estilos.
Los nadadores del Fusión, además, decidieron este año romper fronteras y viajaron hasta la ciudad lusa de Oporto, donde en su primera incursión internacional acaparó una cosecha de 30 medallas.
Las alegrías no sólo llegan en el medio acuático. El tartán también ha llevado al Fusión hacia los cajones altos del podio. El segundo puesto conseguido por el equipo de atletismo en el Campeonato de España da buena muestra de ello, como también lo da la actuación de los tres representantes pucelanos en los Juegos Sordolímpicos de Samsun (Turquía) en los que Belmira Sánchez y Álvaro Frutos dejaron su firma en natación y Javier Soto en atletismo.